Cortan el agua para robar en un country, que sigue en la mira de la delincuencia

Diez días después de que al menos tres delincuentes ingresaran al barrio cerrado “Prados de la Vega”, ubicado en la ruta 215 y asaltaran a un funcionario municipal, nuevamente el complejo se convirtió en blanco de un intento de robo.

En esta oportunidad el atraco no pudo concretarse gracias a la solidaridad de un frentista que, ante los desesperados pedidos de auxilio del vecino que se encontraba en aprietos, decidió repeler el accionar delictivo con escopetazos al aire.

Según pudo averiguar este diario, nuevamente con la oscuridad como aliada, los ladrones se abrieron paso en el predio rompiendo el alambrado en algún sector del perímetro. Concretado este paso, un vecino confirmó a EL DIA que se dirigieron a una vivienda y le cortaron el suministro de agua.

“Según me comentó la Policía es la nueva trampa que están implementando. Te quedas sin agua y lo primero que haces es salir a ver qué pasó, si se rompió un caño o algo así”, precisó la fuente consultada.

Aparentemente, la víctima habría caído en el engaño tendido por los delincuentes. Y, tras salir de su casa para ver qué era lo que sucedía, fue abordado por al menos dos sujetos, que intentaron meterlo de nuevo en su vivienda.

Siempre en base a los datos obtenidos, la situación de forcejeo y los pedidos de auxilio fueron advertidos por un vecino que, sin dudarlo, decidió tomar cartas en el asunto.

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“Entró a la casa y salió con una escopeta. Hizo como dos disparos al aire y los ladrones soltaron a la víctima para darse a la fuga”, detallaron.

A los pocos segundos los delincuentes también contestaron con disparos. En el barrio calculan que una vez que lograron esconderse, desde sus posiciones realizaron las detonaciones. La víctima dio aviso a la Policía mediante la línea 911 y un móvil comenzó un rastrillaje por la zona que terminaría horas después sin novedades con respecto al paradero de los ladrones.

Se trata del segundo hecho de inseguridad que sucede en el mes en este complejo privado. El primero tuvo lugar el pasado 1° de marzo cuando un funcionario del municipio fue asaltado junto a su familia. Como dio a conocer este diario, mediante amenazas de muerte y de mutilaciones, los delincuentes lograron armar un botín compuesto por teléfonos celulares, 200 dólares y dos computadoras portátiles, una de ellas con información referente a los cargos en los que se desempeña la víctima, tanto en el área de epidemiología del Municipio como en la Facultad de Medicina de la UNLP.