Jorge Gurruchaga

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Su nombre es sinónimo de pediatría en la Ciudad, y es que generación tras generación recibió su dedicada atención en los primeros años de vida. Murió el médico Jorge Gurruchaga, reconocido por su labor en Ipensa y en otros centros de salud locales, así como por su activa participación en entidades de defensa de la profesión. Tenía 80 años.

Jorge Adolfo Gurruchaga había nacido el 11 de abril de 1942 en Azul, provincia de Buenos Aires. Era hijo del agrimensor Jorge Amado Gurruchaga y María Elena Mujica y tuvo dos hermanas: Mónica y Graciela. En el año 46, por trabajo de su padre, toda la familia se trasladó a La Plata, y entonces creció, se formó, estableció fuertes lazos sociales y desplegó su destacada trayectoria profesional en esta ciudad. En su círculo más íntimo lo llamaban “Gurru”.

Tras completar la educación primaria en la Escuela 10 y recibirse de bachiller en el Colegio Nacional, siguió la carrera universitaria en la facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, en donde se diplomó en 1969.

La pediatría fue casi la única pasión de Gurruchaga, según resaltaron sus allegados, ya que lo dejó todo en el seguimiento de sus pequeños pacientes, la actualización permanente de los avances que ofrece la disciplina, y en la palabra tranquilizadora con la que le brindaba confianza a los preocupados padres. Y así fue en el ámbito de la clínica de 4 y 59 y en su consultorio particular, que compartíó con un “grande” de la especialidad, el ya fallecido Luis García Azzarini.

Comenzó la práctica médica cubriendo guardias en el Instituto de Hematología (llegó a ser director de la institución) y en Ipensa, donde terminó desarrollando un vasto recorrido que incluyó no sólo la consulta médica (fue allí jefe del servicio de Pediatría) sino también un trabajo de gestión: fue presidente de la Asociación de Profesionales y también director de dicho sanatorio.

En la esfera sectorial, fue dos veces vicepresidente de la Agremiación Médica Platense; y resultó fundamental su aporte para la creación de El Cardón, el predio de esparcimiento que inauguró la entidad para sus asociados décadas atrás.

Generoso, amable, de carácter animado, y cultor de la amistad, fue padre de María José, Ana Laura y Mariano (con Mercedes Caproli) y de Juan Cruz (con su última esposa, Gladys Hernández). Tuvo seis nietos, a los que adoró.

Fue un hincha fanático de Estudiantes de La Plata, club del que era socio vitalicio.

 

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