Víctimas de la violencia buscan ayuda en los clubes de La Plata

Ligas infantiles y sociedades de fomento vienen alertando por casos de violencia de género y abusos intrafamiliares, entre otros flagelos. Y se encuentran en la compleja situación de tener que brindar soluciones, a veces, sin los medios necesarios

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Antonela Ciparelli Moreno

aciparelli@eldia.com

Un relevamiento realizado por EL DIA, con consultas a más de 30 clubes de la Región, dejó al descubierto que la problemática de la violencia está mucho más presente de lo que se cree en los hogares de miles de familias que asisten a estas instituciones. Representantes de distintas entidades, que cumplen un rol clave en la vida de sus asociados -que va mucho más allá de la actividad deportiva que practiquen los más chicos-, advirtieron que muchas veces se encuentran en la difícil tarea de tratar de brindar ayuda, sostén, contención y una guía útil para aquellas personas que, al no encontrar respuesta en su entorno, llevan a los clubes sus casos. Mencionaron, en un mayor número, situaciones de violencia de género y abusos intrafamiliares. Pero también otras problemáticas, que implican para la entidad contar con profesionales que puedan dar respuestas a estas situaciones, algo que en muchos casos existe y en otros tantos no.

Si bien son problemáticas que no suceden dentro del club, es donde se buscan redes de apoyo y asesoramiento. Por eso se implementaron en algunas entidades áreas con programas de abordaje y prevención.

“Además de la vulnerabilidad socioeconómica también hemos tenido que articular con diferentes áreas por casos puntuales de violencia de género en adultos -familiares de niños de la institución- y casos de abuso intrafamiliar con alumnas del club”, afirmó Hernán Dulau, vicepresidente del Club Universitario de Berisso (ubicado en 126 y 59). Y encontró puntos en común con lo que pasa en varias instituciones. Mientras que otras, pese a que afirman no haber recibido casos de este tipo ni tener sospechas sobre la presencia de estas problemáticas, están trabajando en la creación de áreas de género para abordar violencias y también temáticas cómo el bullying y liderazgo.

“Tuvimos casos puntuales de violencia de género y casos de abuso intrafamiliar”

Algunas instituciones trabajan con programas propios o en coordinación con algún área estatal. Otras cuentan con profesionales permanentes a disposición de alumnos y familiares y, en muchos casos advierten la falta de herramientas y la necesidad de contar con éstas para ser una adecuada red de apoyo, que contenga a niñas y niños.

Advierten por situaciones distintas, que requieren de abordajes particulares para cada caso. En algunos casos se dan situaciones en el hogar de maltrato infantil, en otras abuso sexual intrafamiliar en infantes y casos de violencia de género. Y en medio de todo esto surgen también situaciones de “vulnerabilidad socioeconómica”

Dulau explica que “una cosa es un pibe que pueda venir con golpes y hay que dar intervención a las autoridades. Esto a nosotros no nos pasó. Y otra cosa es una persona que sufrió abuso y hay una causa penal en trámite. Son casos donde desde la institución damos apoyo, conversamos con las familias para que sean derivadas a espacios de ayuda. Otra cosa es si estamos en presencia de una persona adulta víctima de violencia de género, donde nos ponemos a disposición y colaboramos para que se cumplan las medidas cautelares”.

En cuanto al personal -coordinadores y cuerpos técnicos- cuenta que tienen la “información necesaria para responder en cada una de las circunstancias que se vayan presentando. También puede ocurrir que por las particularidades del caso nos pongamos en contacto con los padres y con el establecimiento educativo al cual concurren los chicos”.

“Empezamos a tener sospechas por la conducta de los chicos y comentarios de los padres”

En cuanto a los casos de abuso infantil, no fueron hechos detectados en la institución sino que llegaron al club una vez iniciadas las causas, según indicó.

“Cuando nos enteramos juntamos al coordinador y al profesor a cargo de la categoría -eran nenas de corta edad- y pusimos a todos al tanto de la situación. En presencia de las madres también lo hicimos con las nenas para que sientan el espacio seguro y la contención del club y sepan que si se sienten incómodas en algún momento pueden venir a hablar con nosotros y contarnos lo que sea”, explicó Dulau. Y aseguró que además ofrecen la articulación con psicólogos en caso de ser necesario.

LA FALTA DE HERRAMIENTAS

Por su parte, desde el club Porteño (ubicado en Mitre y Alsina), de Ensenada, Mariano Ayrala detalló que “no hemos tenido las herramientas técnicas para poder abordar casos puntuales durante el año pasado. Este año se está trabajando la problemática con asesoramiento en la creación de grupos de apoyo que necesitamos, pero desde la Liga Amateur Platense”.

Mientras que Diego Pepe, presidente del CRISFA (ubicado en 71 y 14), explicó de qué manera notaron que ocurrían cosas en los hogares de chicos que asisten a la institución, que merecían ser atendidas. “Empezamos a tener sospechas por la conducta de los chicos; también por comentarios de los padres dentro de las categorías de jugadores que tienen más cercanía con las familias y así tomamos conocimiento sobre el tema”. Y explicó que la intervención no es directa desde la institución: “Es una problemática difícil, por eso hace un año se creó un área que trabaja en la prevención de violencias (de género y bullying) con profesionales en psicología, docentes y un médico especialista que brinda charlas de coaching, liderazgo y se trabaja con coordinadores”.

En cuanto a la estructura interna del centro, según contó, cuenta con coordinadores, técnicos que son quienes generalmente advierten sobre las conductas de los menores.

Mientras, desde Asociación Iris (23 entre 43 y 44) advierten no haber recibido casos puntuales de violencia en infantes o juventudes, pero sí que familiares de los mismos activaron el protocolo por violencia de género que tiene la institución y que socializa información, recurseros y lugares donde puedan recibir ayuda. A su vez, realizan capacitaciones externas e internas abordando diferentes problemáticas a través de la secretaría de género del club.

También, desde el Club Everton (ubicado en 14 y 63), si bien no han recibido casos de violencias tienen a disposición dos psicólogas que son parte del plantel de jugadoras para los miembros de la institución y sus familias.

Por su parte, desde Club Atlético Estrella de Berisso (calles 8 y 169), su presidente Cristian Nuccetelli advirtió sobre las problemáticas económicas que atraviesan a las familias que lo integran y las diferentes campañas que llevan adelante para cubrir las faltas de elementos cómo botines, canilleras para llevar adelante la práctica deportiva o las necesidades que tienen. “Tuvimos situaciones con gente que perdió todo en un incendio y realizamos campañas para colaborar con colchones, ropa, útiles escolares y alimentos”. Dicen no haber recibido casos de violencias y realizan diferentes talleres sobre violencia de género, puntualmente a través de la gestión de la bibliotecaria con organismos estatales que aportan los profesionales para capacitar a los miembros de las categorías de fútbol infantil, mayores, femenino y básquet.

 

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