Báez Sosa: todos culpables; para la Justicia, 5 perpetuas y 3 condenas de 15 años

Apoyados en las imágenes de los videos, los peritajes y los dichos de los testigos presenciales del hecho, los integrantes del Tribunal I de Dolores, María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, consideraron que todos los acusados del ataque criminal contra Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero de 2020, eran culpables y, por unanimidad, haciendo una distinción de roles y responsabilidades, entre coautores y partícipes secundarios, aplicaron 5 perpetuas y 3 penas de prisión de 15 años.

Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi recibieron la sanción más dura, que de confirmarse en otras instancias penales (ahora viene Casación), podría dejarlos en la cárcel durante medio siglo. Mientras tanto, para los tres restantes, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, la situación es menos gravosa, aunque recién podrían estar pensando en abandonar el sistema penitenciario, de no modificarse la calificación legal, cuando completen una década de encierro.

El veredicto, que se comunicó por secretaria minutos después de la hora prevista, que era la una de la tarde, llenó de tensión la sala de audiencias, donde hubo angustia, gritos y llantos, casi al mismo tiempo en que, Thomsen, ya condenado, se descompensaba y caía sobre uno de los guardias.

En ese momento, la presidente del Tribunal ordenó que se desaloje el recinto para facilitar la atención médica de quien, se refirió, era el líder del grupo.

Un centenar de personas pidió justicia en las afueras del Tribunal de Dolores, donde se escucharon gritos de “asesinos” y “perpetua para todos” / Télam

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En la resolución, a la que este diario tuvo acceso, tal como lo había requerido la acusación, integrada por la fiscalía y el particular damnificado, se dio por probada las calificantes de la premeditación y la alevosía, que muchos técnicos del Derecho discutían.

“El análisis pormenorizado de la prueba reunida en el juicio me ha convencido que el plan originario en el que los ocho acusados se confabularon consistió, en su origen, en atacar a golpes a Fernando Báez Sosa”, se expresó en la sentencia.

En ese sentido, se señaló, a partir del análisis de las pruebas exhibidas en el proceso, emitido en buena parte desde el canal de YouTube de la Suprema Corte bonaerense, que los condenados “se organizaron para golpearlo brutalmente, en grupo, como en otras ocasiones y respecto de otras personas”. Esa fue la primera mención de lo que se entendió la ejecución de un plan criminal.

“Quedó palmariamente evidenciado luego de la sustanciación del juicio que, cuando la víctima, después de los -al menos dos- primeros golpes quedó en estado de semi inconsciencia, tendido en el suelo, a merced de sus atacantes, en absoluto estado de indefensión, la actuación de los sujetos activos estuvo, ahora sí, guiada por la inequívoca intención de causarle la muerte”, determinaron en los fundamentos de la sentencia.

Los jueces señalaron que “ha quedado claro mediante pruebas directas y contundentes -testimonios, videos y hallazgos periciales- que 5 de los 8 acusados pusieron mano sobre Fernando Báez Sosa, o bien realizaron una conducta indispensable, una vez que la víctima se encontró rendido y en estado de absoluta indefensión”.

En ese punto, se refirieron al brutal accionar de Thomsen, Ciro Pertossi, Comelli, Benicelli y Luciano Pertossi.

Así tuvieron en cuenta que existió un móvil, el medio escogido para atacarlo, el estado de indefensión, pero sobre todo “la inusitada violencia desplegada: la intensidad de los golpes es de toda evidencia a la luz del escaso tiempo en que concretaron el homicidio”. Así como también consideraron “las zonas del cuerpo a la que fueron dirigidos los golpes: esencialmente a la cabeza”.

Y, además, consideraron la forma en que actuaron y lo que hicieron luego.

“No solo eran amigos, sino que no fue la primera vez que se organizaron para golpear”, recordaron los magistrados. Y sobre la actitud posterior al ataque explicaron en base a uno de los videos en el que se observa a los acusados “alejarse del lugar del hecho caminando abrazándose algunos con otros”.

“Las reglas de la lógica y la experiencia me permiten inferir que el comportamiento inmediatamente posterior evidenciado -y el que siguió hasta la mañana en que fueron aprehendidos- no resulta compatible con ‘no querer matar’ o un ‘no quisimos matarlo’. Máxime cuando el resultado, también a la luz de las imágenes que todos hemos visto, indicaban claramente la situación, por lo menos de suma gravedad -sino irreversible- en la que ya se encontraba la víctima cuando dejaron de golpearlo”, remarcó la jueza Castro en su voto, al que adhirieron los otros magistrados.

Respecto de la intervención de los otros acusados, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Cinalli, sostuvieron que tomaron parte en el hecho, pero “sus aportes no resultaron esenciales para que la conducta de los coautores pudiera consumarse”.

Es decir, “participaron en la ejecución del acto, pero realizando una acción criminal que, si hipotéticamente se suprimiera el resultado homicidio, igual se habría producido”, entendieron.

En igual sentido, describieron que “luego de ver en el estado de absoluta indefensión en que quedó la víctima inmediatamente después de recibidos los dos primeros golpes y el accionar de sus consortes, apoyaron a los coautores y, de acuerdo al rol que cada uno asumiría en el ataque focalizado en la víctima fatal, prestaron una colaboración, si bien no imprescindible, lo suficientemente apta para favorecer la consumación del crimen”.

Para los jueces, los partícipes sencundarios “propinaron golpes de puño y patadas a Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y a Tomás Agustín D’Alessandro, con el objeto de evitar que los amigos de Fernando Báez Sosa pudieran socorrerlo, causándole a los mencionados lesiones, que fueron caracterizadas como leves”.

El tribunal, se indicó, tuvo en cuenta el testimonio de nueve testigos que fueron considerados “clave” para determinar las responsabilidades de cada uno de los imputados.

Por último, ante lo que consideraron evidentes irregularidades en su declaración, los magistrados ordenaron que se investigue a Juan Pedro Guarino y a Tomás Colazo en orden del presunto delito de “falso testimonio”, tal como había sido solicitado por la fiscalía.

La sentencia por el asesinato de fernando báez sosa tuvo 5 perpetuas y 3 condenas a 15 años de cárcel

LA REACCIÓN DE LA MADRE DE THOMSEN

“Esto es todo una mentira, saquen a todos los periodistas, la puta que los parió. Tres años torturándolo. No me importa más nada”, dijo a los gritos Rosalía Zárate, en medio de la sala de audiencias apenas vio a su hijo desvanecerse.

Enseguida el joven fue atendido por médicos y sacado de la sala de audiencias, por lo que el tribunal interrumpió la lectura algunos minutos.

La audiencia, como se sabe, contó con más de 20 efectivos del Servicio Penitenciario provincial, que se ubicaron detrás de los imputados y también al costado de los bancos ocupados por sus familiares para evitar incidentes.