El alarmante informe que desnuda la incultura vial de los conductores platenses

Los operativos de control realizados en calles de La Plata, que inspeccionaron a 2.218 vehículos entre automóviles y motos y que arrojaron el resultado que casi el 58 por ciento de los conductores –es decir 6 de cada 10- presentó distintas irregularidades, dejó a la vista una vez más que la falta de concientización y educación vial constituye una de las principales causas de la inseguridad en el tránsito.

Los resultados de la fiscalización callejera detallados en la edición de EL DIA dejaron también en claro que la anarquía vial sólo podrá disminuir ostensiblemente cuando cada conductor tome conciencia de la responsabilidad que le cabe al circular por la vía pública.

De acuerdo al informe, se inspeccionaron 1.902 autos y 316 motocicletas. Del total, 1.272 infringían la ley nacional de Tránsito y las irregularidades detectadas incluyeron desde la falta de elementos de seguridad y el uso de celular al volante, hasta la ausencia de documentación obligatoria para circular.

Asimismo, a partir de recorridas por áreas neurálgicas y la recepción de denuncias, se concretaron más de 155 acarreos de rodados estacionados indebidamente y se labraron más de 172 actas.

Los retenes fueron instalados en 84 puntos estratégicos del partido de La Plata bajo la coordinación de agentes de Control Urbano, Tránsito, Guardia Urbana de Prevención (GUP), Policía Motorizada, Seguridad Vial y Protección Civil. Las autoridades informaron que los operativos también se hicieron “para prevenir hechos delictivos”, aunque no se detalló cómo fueron instrumentados en este sentido.

Siempre se ha señalado en esta columna, siguiéndose así la opinión de expertos y de entidades viales, que además del rol de contralor vial que le corresponde al Estado, es también imperativo alcanzar una mayor educación vial, tanto en nuestra región como en el resto del país.

A grandes rasgos corresponde recordar que, desde esos sectores, se ha señalado que buena parte de la vida de cualquier persona transcurre en la vía pública -ya sea como peatón, ciclista, motociclista o como automovilista- y que, sin embargo, a lo largo de toda la formación escolar que comprende a los tres niveles educativos, no se les imparte a los futuros ciudadanos ningún principio acerca de la mejor forma de comportarse en las veredas y calles.

Las crónicas periodísticas no dejan de poner en evidencia la gran cantidad de incidentes trágicos, con muertos y heridos, registrados tanto en el casco urbano como en la periferia, en episodios que, como se ha dicho, han perdido ya la condición intrínseca de propia de un accidente, es decir de sucesos imprevistos, para convertirse en resultantes de un estado de casi completa anarquía callejera.

Lo cierto y también lamentable es que el mayor déficit se sigue relacionando desde hace ya muchas décadas con la falta de una profunda educación en los peatones, ciclistas, motociclistas y automovilistas, que son todos, a la vez, potenciales gestores y también potenciales víctimas de la generalizada falta de respeto a las normas y a los principios de convivencia social.