Terminó la obra del Cementerio y está listo para el inicio de las reinhumaciones

Se trata del osario que se mandó a construir tras denunciar el hallazgo de 12 mil cuerpos alojados en galpones del Campo Santo

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Laura Romoli

lromoli@eldia.com

La obra del osario del Cementerio que se mandó a construir tras el hallazgo de unos 12 mil cuerpos sin inhumar, está formalmente terminada. Por eso se espera que la disposición final de los restos óseos que, según denunció el intendente, Julio Alak, se hallaban arrumbados en depósitos y oficinas del Campo Santo municipal, se inicie en los próximos días.

Se trata de un cilindro de hormigón construido sobre un extremo del predio que da a la avenida 137, y que, según detallaron funcionarios municipales, cuenta con capacidad para alojar los restos encontrados y continuar siendo usado por, calculan, unos 25 años más.

El cilindro tiene un diámetro de 20 metros y una profundidad de cinco, y comenzó a ser construido en agosto pasado, con el fin de reinhumar en el lugar los restos de más de 12 mil personas. La obra fue presupuestada en unos 289 millones de pesos.

Así lo explicó ayer a EL DIA la directora general de Diseño Urbano de la Municipalidad, Natalí Lecot, quien añadió que a los trabajos se los complementó con iluminación, parquización y la puesta en valor del sector, que incluyó la siembra de magnolias, cipreses, olivos y acacias.

El impulso del osario es consecuencia de una denuncia penal que inició el Intendente, luego de que en febrero del año pasado hallara restos humanos en distintos habitáculos del Cementerio. Algunos provenían de nichos, otros de tumbas en tierras y otros nunca habían sido inhumados. Se encontraban en cajones abiertos, en bolsas de consorcio o desparramados en el suelo de oficinas, depósitos, baños y galpones del edificio.

“En la capital de la provincia de Buenos Aires, esto pasó ante nuestros ojos. Una falta de respeto y humanidad por el destino final de quienes alguna vez fueron vecinos nuestros”, había dicho el jefe comunal al anunciar el inicio de la obra.

Por el momento, la denuncia continúa en etapa de instrucción, bajo la carátula momentánea de incumplimiento de funcionario público, que pesa sobre la anterior gestión municipal de Julio Garro.

El derrotero del cuerpo de una persona al fallecer consiste en ser enterrado en una tumba, luego, despositado en un nicho que las familias suelen alquilar y, pasados más de 20 años, conducidos al osario común o cremados.

Durante el anuncio del proyecto, Alak no descartó el impulso de la construcción de un crematorio municipal, instrumento que hoy la Ciudad no tiene. Ayer en los pasillos de calle 12 sostenían que la idea no está descartada y está siendo sometida a estudios ambientales y de factibilidad.

 

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