Tres reformas y múltiples frentes: el plan del Gobierno enfrenta tensiones políticas, sindicales y judiciales

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Germán López

Se vienen tiempos de cambios. Por primera vez en su historia reciente, Argentina se dispone a emprender transformaciones simultáneas sobre tres sistemas estructurales que inciden directamente en la vida de millones de personas: el régimen jubilatorio, las relaciones laborales y el sistema tributario. En un contexto de aguas relativamente tranquilas y con la consigna de aprovechar la inercia triunfalista tras el resultado electoral del 26 de octubre, el Gobierno decidió acelerar y enviar a sesiones extraordinarias del Congreso tres proyectos de reforma. Aunque todavía no se conoce la secuencia de las reformas y los textos permanecen bajo estricta reserva, hay certeza de que comenzarán a tratarse en febrero, durante el segundo turno de extraordinarias. En diciembre, en tanto, se debatirá el Presupuesto.

EL ROL DE LA CGT

El principal desafío para el oficialismo será lograr el consenso necesario para aprobar esas iniciativas y superar la resistencia que previsiblemente planteará el peronismo. Enfrente habrá una fuerza legislativa debilitada pero todavía numerosa y una coalición liderada por la CGT, que alineará también a la izquierda, organizaciones sociales y otros colectivos cuyo interés político excede lo específico de las reformas. La grieta adoptará una nueva expresión y, posiblemente, su escenario de disputa será la calle. ¿Habrá batallas frente al Congreso con toneladas de piedras, como en 2017? Es prematuro saberlo, pero la cúpula cegetista ya se encolumnó detrás de una consigna unificante: resistir los cambios. Claro, que hay matices: un sector donde figuran Gerardo Martínez y Armando Cavalieri, ente otros, muestra posturas más dialoguistas.

En este plano, conviene analizar en qué condiciones llega el movimiento sindical a esta contienda. Tras su triunfo legislativo de 2017, Mauricio Macri impulsó un paquete de reformas laborales (blanqueo, banco de horas, reducción de aportes patronales, nuevas pasantías, recorte de indemnizaciones) y una reforma previsional, de lógica similar a la que propone Milei. Entonces, la respuesta fue una batalla campal frente al Congreso y una huelga general que terminaron por sepultar las iniciativas y marcaron el comienzo de la declinación de aquel gobierno.

Hoy, el poder de fuego del sindicalismo parece bastante disminuido. El recurso del paro general está desgastado, en buena medida por la desaprobación social. La crisis -¿terminal?- dentro de Camioneros exhibe ese deterioro. La trama de negocios vinculados a la obra social gremial expone desde hace tiempo los vínculos familiares del clan Moyano, un modelo que, con variaciones, se replica en buena parte del mapa sindical.

LA DISPUTA EN EL FRENTE LEGISLATIVO

En el frente legislativo la disputa no será sencilla, pero ofrece algunos puntos favorables al Gobierno. Si bien la resistencia a las reformas podría cohesionar al peronismo, sus bloques legislativos están hoy atravesado un riesgo de ruptura y una diáspora incipiente, que esta semana le costó dos diputados: Javier Noguera (Tucumán) y Jorge Fernández (San Luis), quienes anticiparon que no se sumarán al bloque Fuerza Patria.

Las deserciones responden al realineamiento de los gobernadores. Por eso se observa con atención qué harán los diputados de Santiago del Estero y Catamarca, cuyos mandatarios, Gerardo Zamora y Raúl Jalil, se muestran más pragmáticos que ideológicos. La temporada de negociaciones ya empezó, con el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, recibiendo en fila a los gobernadores para el discutir el “toma y daca”.

LAS VACANTES EN EL PODER JUDICIAL

Un aspecto nada menor de las negociaciones en curso son las vacantes pendientes en el Poder Judicial: hay alrededor de 300 cargos de jueces y fiscales sin cubrir, además de los dos lugares aún vacíos en la Corte Suprema tras el fallido intento de nominar a Ariel Lijo.

En este capítulo, distintas fuentes coinciden en que es Karina Milei quien encabeza las conversaciones con sectores del peronismo, pese al enfrentamiento casi total entre ambos espacios, con la excepción de su aversión compartida hacia el Grupo Clarín. Según se sabe, la movida despierta una profunda desconfianza entre los jueces supremos.

Con viento de cola pero con turbulencias en el horizonte, la “volatilidad política” a la que alude el ministro de Economía Luis Caputo al justificar la continuidad del esquema de bandas cambiarias se vincula, en buena medida, con esta pulseada inminente, de cuyo resultado dependerá la sostenibilidad de las reformas. Para el Gobierno, el objetivo es despejar definitivamente el “riesgo kuka” y construir un consenso transversal que asegure la perdurabilidad de las políticas de Estado.

LOGRAR UNA REACTIVACIÓN ECONÓMICA

Entre tanto, persiste la preocupación por lograr la reactivación económica, condición para que los argentinos perciban mejoras tras años de ajuste. Las exhortaciones de Caputo a empresarios e inversores para que adelanten decisiones y la celeridad en impulsar las reformas, van en esa línea.

Una muestra de la necesidad acuciante de mejorar el desempeño económico es la inquietud creciente que alcanza a los intendentes bonaerenses por el pago del aguinaldo. Los jefes comunales radicales del interior reunidos en el Foro de Intendentes pidieron asistencia al Gobernador, lo que exhibe el estrecho margen financiero en tiempos de vacas flacas y sin el recurso de la emisión, antes solución habitual para cubrir emergencias.

EL ACUERDO CON EE UU

En este contexto el jueves llegó el anuncio del acuerdo comercial con Estados Unidos, que supone la apertura recíproca de mercados y permitirá ingresar al país medicamentos, productos químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos y vehículos con aranceles reducidos. Como contrapartida, el acero, el aluminio y la carne argentinos tendrán asegurado acceso a un mercado enorme. Una versión ampliada de las “relaciones carnales” del menemismo, que el economista Sebastián Galiani definió como un “acuerdo fundacional”.

Entre sus ventajas, el ex viceministro de Hacienda durante la gestión de Mauricio Macri, mencionó la baja sensible que podría experimentar los precios de medicamentos y el consecuente impacto negativo sobre la rentabilidad de los laboratorios nacionales.

Otra pieza del tablero es el objetivo de que los argentinos movilicen parte de los 248.000 millones de dólares que, según el Indec, mantienen atesorados. Según la Reserva Federal de EE UU, Argentina es uno de los tres países con mayor tenencia de dólares físicos —junto con Rusia y China— y el primero per cápita.

El presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman, instó a avanzar en medidas que permitan utilizar esas divisas para comprar bienes sin explicar su origen. En esta dirección apunta el proyecto de “Inocencia Fiscal” que ingresaría en Extraordinarias y que busca establecer la presunción de inocencia entre los contribuyentes respecto del origen de sus ahorros.

APOYOS Y RECHAZOS

Nos aprontamos a un verano plagado de novedades políticas, con una fuerte expectativa en la sociedad en torno a estos cambios. Según un estudio de opinión de Giacobbe&Asociados las reformas laboral, tributaria y previsional despiertan apoyos y rechazos por partes iguales entre la población.

Del mismo modo, Tristeza y Esperanza son las emociones que dominan el ánimo de los argentinos por estos días. Los tiempos son cortos para una sociedad ávida de resultados. El Gobierno parece entenderlo, habrá que ver si tiene la pericia suficiente y la suerte lo ayuda.

 

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