Falacias y hechos Cómo cuidar el auto: lo que el mecánico nunca te dijo

Desde cambiar el aceite “cada 5.000 kilómetros” hasta creer que calentar el motor es fundamental. En esta guía desarmamos los mitos más comunes sobre el cuidado del vehículo y revelamos qué prácticas ayudan realmente a prolongar su vida útil

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Pocos son los temas que despiertan tanta pasión como el fútbol, el asado y el auto.

En Argentina, tener un coche no es solo una necesidad: es casi un vínculo afectivo. El mecánico del barrio es confidente, psicólogo y a veces juez. Y entre charlas de taller o sobremesas, los consejos se transmiten como mandamientos: “Cambiá el aceite cada 5.000 kilómetros”, “no arranques sin calentar el motor”, “lavarlo seguido arruina la pintura”. Pero, ¿cuánto de todo eso sigue siendo cierto?

Los autos cambiaron. Los motores, los lubricantes y hasta los sistemas electrónicos dejaron atrás muchas de esas costumbres heredadas de los años ochenta o noventa. Por eso, hoy vale revisar –con los pies en la tierra y las manos limpias— qué es mito y qué sigue siendo verdad.

Lo cierto es que el auto, en una sociedad como la nuestra, es parte de la familia: no se lava, se mima. Se escucha, se discute, se le habla. Muchos lo heredan del padre o lo cuidan como si fuera un hijo. Por eso, revisar los mitos no es solo una cuestión técnica, sino casi emocional. Cuidar el auto, en el fondo, es cuidar también el pedazo de historia y de independencia que representa.

Así que la próxima vez que el vecino te diga “yo al mío le pongo aceite cada tres meses aunque no haga falta”, podés sonreír con ternura y contestarle: “Los tiempos cambiaron”.

Y arrancar tranquilo, sabiendo que la verdadera clave del cuidado está en el conocimiento, no en la superstición.

 

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