Cuando el corazón se corre del carril

Edición Impresa

 

Por CLAUDIO

Altos de San Lorenzo

Estoy casado desde hace más de diez años y nunca pensé que iba a escribir algo así. No porque me creyera inmune a las tentaciones, sino porque siempre sentí que el amor que tengo por mi esposa era suficiente para mantener todo en su lugar. Hasta que una noche, en una fiesta, conocí a otra mujer y algo se desordenó.

No pasó nada extraordinario. Hablamos, nos reímos, compartimos un par de anécdotas y listo. No hubo besos ni promesas ni números de teléfono intercambiados a escondidas. Sin embargo, desde entonces no puedo dejar de pensar en ella. En su manera de mirar, en lo liviana que parecía la conversación, en esa sensación olvidada de empezar a conocer a alguien. Y lo que más me desconcierta es que, al mismo tiempo, sigo queriendo a mi esposa como siempre.

No quiero engañar a nadie. No quiero lastimar. Me molesta incluso ponerle nombre a lo que siento, porque no sé si es deseo...

Curiosidad, fantasía o simplemente el reflejo de una rutina que a veces pesa. Con mi esposa comparto una vida, proyectos, recuerdos, discusiones y una intimidad construida con años. Eso no desaparece porque aparezca otra persona. Pero tampoco puedo fingir que no pasó nada dentro mío.

Me pregunto si esto le ocurre a más gente de la que se anima a decirlo. Si querer a alguien implica dejar de sentir atracción por el resto del mundo o si el verdadero dilema es qué hacemos con eso que sentimos. Porque una cosa es pensar, imaginar, y otra muy distinta es actuar. Y ahí es donde me detengo, donde aparecen los límites y las preguntas incómodas.

Escribo esta carta porque no busco absolución ni consejos mágicos. Tal vez solo necesitaba decir en voz alta que el amor no siempre es una línea recta y que, a veces, el mayor conflicto no está afuera, sino en aprender a convivir con lo que uno siente sin destruir lo que más quiere.

 

Cómo enviar su carta al correo de lectores:
Quienes estén interesados en compartir sus vivencias, narrar anécdotas, publicar opiniones sobre la cultura o, simplemente, divulgar un texto literario y creativo de producción propia, pueden enviarlo a libros@eldia.com.

 

correo de lectores

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE