¿Adónde va el crédito en la Provincia?
Edición Impresa | 11 de Mayo de 2025 | 05:59

Instituto de Economía Aplicada
Universidad del Este (UDE)
Desde el mes de mayo de 2024, la economía argentina encaró un proceso de recuperación que tuvo como uno de sus principales combustibles a la expansión del crédito al sector privado. Los préstamos bancarios en pesos acumulan trece meses consecutivos de suba tras haber tocado el piso de actividad económica en abril de 2024 y, además, un aumento real de 128%, sin estacionalidad, respecto a los niveles mínimos de enero 2024 a la salida de la devaluación de diciembre 2023.
Actualmente, el crédito doméstico al sector privado alcanza el 10,3% del PIB, un incremento considerable respecto al 4,9% al que había descendido en los primeros meses de 2024. Sin embargo, estos guarismos distan de forma considerable del promedio de los países latinoamericanos, que roza el 51% del PIB, y más aún de dos de nuestros vecinos, como Brasil, cuyo crédito al sector privado alcanza el 72% del PIB, o Chile, donde ronda el 110% del producto.
Los préstamos bancarios al sector privado de la provincia de Buenos Aires se han movido al ritmo del crédito a nivel nacional, aunque con un poco más de volatilidad en su trayectoria.
Por caso, al finalizar 2024 la variación interanual real del stock de préstamos al sector privado en el país había sido de 60%, mientras que en la provincia había aumentado un 57%. Esto no sorprende dado que el sector privado de la Provincia es el segundo receptor de préstamos en la Argentina -detrás del centro comercial, financiero y de radicación de empresas alojado en la Ciudad de Buenos Aires-, fundamentado en que la economía bonaerense representa el 36% del PBI argentino, el 37% de sus exportaciones y allí se concentra el 51% de la fuerza de trabajo y el 50% de los ocupados aunque, al mismo tiempo, el 62% de la población desocupada.
En los últimos quince años, el sector privado bonaerense ha pasado de tener una participación del 17,4% del total de préstamos otorgados en el país en el tercer trimestre de 2010, a representar el 21,9% del total en el último cuarto de 2024, alcanzando picos de 23,2% a fines de 2017 y 23,6% en el tercer trimestre de 2023.
En conjunto con la Ciudad de Buenos Aires (44,5%), Córdoba (8,1%) y Santa Fe (7,5%), acaparan el 82% de todo el crédito que brindan las entidades financieras al sector privado en el país.
Adentrándonos en el crédito al sector privado bonaerense por actividad económica, se observa que el grueso del mismo (35,4%) se destina a personas humanas empleadas bajo alguna relación de dependencia laboral, seguido por los préstamos a la industria manufacturera (18,4%), al comercio (15,7%), a la producción primaria (13,6%), al sector servicios (11,3%) y a la construcción (2,4%).
La distribución del crédito
En relación con la distribución del crédito en el país, en la Provincia se encuentra sobrerrepresentado el financiamiento a personas humanas (+7 p.p. respecto al total) y éste se encuentra compensado por la baja incidencia relativa del crédito al sector servicios en relación al total del país, donde influye el peso del financiamiento que reciben las empresas de servicios radicadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las que concentran un cuarto del monto de los préstamos que se otorgan en ese distrito.
A su vez, podemos indagar con mayor profundidad al segmentar geográficamente el análisis entre la distribución del crédito que se observa en el Conurbano bonaerense y en el resto de la Provincia.
En el primero destaca la importancia de las financiaciones otorgadas a las personas y a la industria, que alcanzan el 62% del total. En esta área de la Provincia, dos partidos del cordón norte como San Isidro y Vicente López, que reúnen tan sólo al 3,3% de los habitantes bonaerenses, son receptores del 11,5% de los préstamos al sector privado en la Provincia.
Por el contrario, el partido de La Matanza aglomera al 10,5% de la población bonaerense y, sin embargo, recibe el 4,5% del crédito originado.
En igual sentido, siete partidos del cordón sur del Conurbano tales como Avellaneda, Lanús, Lomas, Quilmes, Almirante Brown, Florencia Varela y Berazategui, los que tienen más de un quinto de la población, recibieron créditos equivalentes al 12% del total provincial.
El sector agropecuario
En el resto de la Provincia, además de los préstamos a personas, resalta el crédito otorgado a la producción primaria, específicamente, al sector agropecuario. Dentro de éste, el complejo oleaginoso y cerealero acumula el 40% de los préstamos bancarios brindados al sector primario, seguido por las actividades de cría de ganado, principalmente bovino, y la producción de leche, así como por otros cultivos industriales.
Fuera de los grandes centros urbanos como Mar del Plata, Bahía Blanca y otros partidos donde hay establecimientos industriales de gran envergadura como en los partidos de Zárate, Campana o San Nicolás, la densidad del crédito está asociada con la distribución de las actividades agropecuarias.
De esta manera, partidos de la zona norte de la provincia donde se asienta parte de la producción sojera y maicera, como Pergamino, Salto, 9 de Julio, Chacabuco, Lincoln, Bragado, entre otros, concentran casi un 10% del crédito de la provincia. Similar situación acontece en la zona sur de la Provincia, donde se llevan adelante varias producciones agrícolas, así como también en algunos partidos de la cuenca del salado donde se desarrolla la actividad pecuaria.
A modo de conclusión, el ciclo crediticio en la Provincia está asociado a la dinámica cíclica del crecimiento económico a nivel nacional y a las condiciones de estabilidad reinantes. En el último año, el ajuste fiscal, la eliminación del financiamiento al Tesoro por parte del BCRA y la reducción de sus pasivos remunerados (en pesos), generaron condiciones para que los bancos reduzcan su exposición al sector público y, de la mano de la contención de la inflación, buscaran incrementar rentabilidad a través de la expansión del crédito al sector privado.
En base a las relaciones históricas entre préstamos y depósitos en pesos, hay todavía lugar para una expansión adicional en el crédito al sector privado, el que también podrá seguir ampliándose en tanto se construya un programa de estabilización sostenible que continúe con la remonetización de la economía. Existen también, como vimos, inequidades en la distribución del crédito que el mero crecimiento económico no podrá resolver y que vuelven más palpable la necesidad de una intervención consciente de la autoridad monetaria.
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