La vuelta del tranvía en La Plata, un sueño de diez años a punto de desvanecerse

Hasta mediados del siglo pasado, el tranvía fue un medio de transporte tan extendido, al menos en el uso cotidiano, como las líneas de colectivos en estos días. Todo eso se terminó pero un grupo de vecinos que buscan promover el cuidado del patrimonio ferroviario diseñaron un plan para que ese servicio vuelva, más en clave turística que de movilidad masiva. Les fue tan bien que consiguieron una donación de material rodante de la Línea A de subtes de la capital federal, tan anejo como el del debut del servicio eléctrico local, pero todo eso está a punto de perderse porque no encuentran un lugar que funcione como taller para traer los dos coches que les dieron y están a punto de perderse.

Se trata de los legendarios vagones belgas con interiores en madera, fabricados por la empresa “La Brugeoise et Nicaise et Delcuve” entre 1911 y 1919.

Todo un hito resultó que, ya entrado el siglo XXI, miles de personas viajaran a diario en coches revestidos y con puertas de madera. De ahí, hace un poco más de una década pasaron a ser pieza de museo.

Su unión no concretada con La Plata lleva diez años en los que no dio frutos la paciencia de la Asociación de Amigos del Ferrocarril Provincial, dueños y gestores de la iniciativa.

En 2015 festejaban que SBASE, la sociedad de Estado que administra esos bienes, les anunciaba la donación. Entonces, tomaba forma el proyecto que combina la opción de crear un museo con la de sacarlos a la calle sobre la parte del trazado de vías que aún se conserva. Pensaron entonces y lo sostienen en estos días, que un paseo en vagones de hace más de cien años, sumaría un atractivo a la Ciudad.

En una década nada se pudo avanzar porque el galpón ferroviario de Meridiano V que había aprobado SBASE para mandarles los coches quedó ocupado con otros fines por una organización política. Pasaron administraciones de la Ciudad y la Provincia y hasta hoy nada cambia.

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“A pesar de tener el contrato (de donación), en todos estos años no la podemos hacer efectivo porque el galpón donde va eso, en 15 y 71, está ocupado”, le dijo a este diario Alexis Vergara, de la Asociación que creó el plan y añadió que “en todo este tiempo nadie nos pudo dar una solución, mover a esta gente o sumar esta actividad dentro del galpón. Hace unos días -detalló- recibimos una carta documento donde dicen que si en un plazo de un mes no damos noticia para retirarlos, los perdemos”.

Vergara contó que esta semana volvieron a pedir asistencia en la Comuna y en la Provincia, pero hasta ayer no había una idea concreta sobre la reorganización del galpón en cuestión o la asignación de un alternativa, como podría ser el predio de 20 y 50, según una versión que escucharon en la entidad. Esos galpones, ahora del área de Control Urbano, fueron el último reducto del servicio de tranvías hasta el corte del servicio, el 25 de diciembre de 1966.

En Luján ya tienen uno de esos coches en un museo Provincial desde hace seis años. “Sería una lástima que La Plata se pierda dos coches históricos del subte que puedan ser puestos como tranvía, ser visitados por la gente y quedar como patrimonio para la comunidad”, lamentó Vergara.

Historia a la Ciudad le sobra: en 1909 fue la primera en Latinoamérica que tuvo el tranvía eléctrico, cuatro años antes de que Buenos Aires, con esos coches, se transformara en pionera, también en Latinoamérica, del servicio subterráneo.