Noche de horror y espanto: un docente herido tras un feroz asalto

Un violento asalto conmociona por estas horas a los vecinos de la zona de Parque San Martín, donde una familia vivió una verdadera pesadilla en plena madrugada. El más afectado en este dramático episodio fue un docente de 42 años, quien convive con sus padres jubilados -de 74 y 77 años- y que, en un acto de desesperación y valentía, se lanzó sobre dos delincuentes que irrumpieron en su vivienda ubicada en la calle 56 entre 26 y 27.

Su única intención fue proteger a sus padres, pero recibió como respuesta una brutal golpiza que lo dejó herido y con tres puntos de sutura.

Todo comenzó alrededor de las 02.30 de la madrugada, cuando el docente, alarmado por voces extrañas provenientes del interior de su casa, decidió moverse en silencio y a oscuras para entender qué estaba ocurriendo.

En ese tenso silencio, al llegar a la habitación de su madre, entre las sombras, divisó las siluetas de dos hombres. El instinto lo llevó a actuar sin pensar: se abalanzó sobre los intrusos para evitar que atacaran a su madre. Pero los delincuentes respondieron con una violencia inusitada, propinándole golpes en la cabeza, en la sien izquierda y cerca de la nariz, dejándolo prácticamente fuera de combate.

Sin piedad, los ladrones lo arrastraron por el piso hasta la habitación de su padre. Allí, ante el pánico y las súplicas del hombre mayor, lo ataron de pies y manos con lo que tenían a mano: una remera y un cordón.

El docente permanecía en el suelo, inmovilizado, aturdido por los golpes, mientras los delincuentes exigían dinero con amenazas.

Ante el terror de ver a su hijo reducido, el padre accedió a entregar los ahorros familiares: una suma cercana a los 750 mil pesos en efectivo y 100 dólares, guardados dentro de una caja sobre el escritorio. No conformes, también se apoderaron de los teléfonos celulares de ambos jubilados.

El clima dentro de la vivienda era asfixiante. Mientras el docente forcejeaba para recuperar el aire y mantenerse consciente, la alarma vecinal comenzó a sonar. Fue el punto de quiebre: los asaltantes, temiendo ser descubiertos, huyeron a toda velocidad por la puerta principal, que encontraron abierta.

Minutos después, el padre del maestro logró desatarlo, y en medio del shock, el hombre bajó las escaleras tambaleante, aún con sangre en el rostro, para verificar si la pesadilla había terminado.

Afuera lo esperaba el personal policial, alertado por los vecinos al escuchar la alarma. Desde allí, fue trasladado al Hospital Italiano, donde fue atendido por las heridas en el rostro.

Los médicos le realizaron tres puntos de sutura en la sien izquierda y evaluaron posibles secuelas por los golpes recibidos.

La escena que quedó en la casa era desoladora: habitaciones revueltas, rastros de violencia, y la ausencia de los ahorros.

La hipótesis que manejan los investigadores es que los delincuentes habrían ingresado por una ventana lateral, que solía permanecer abierta para ventilar la vivienda.