Las redes sociales abruman a la mitad de los adolescentes

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El 46% de los jóvenes se sienten abrumados por las redes sociales. El uso y abuso de ellas es uno de los temas que más preocupan cuando se habla de las problemáticas de las nuevas generaciones y es el eje que quisieron abordar los profesionales este 12 de agosto, Día Mundial de la Juventud.

Las comparaciones constantes con personas que aparentan una vida perfecta, cuerpos hegemónicos y un gran caudal de seguidores afectan a los adolescentes más de lo que se cree, destacaron los expertos.

Es que “durante la adolescencia, el cerebro atraviesa una etapa crítica de desarrollo. Las regiones encargadas de regular las emociones, tomar decisiones, buscar recompensas y evaluar la aceptación social aún están en proceso de maduración. En este contexto de alta sensibilidad, el uso intensivo de redes puede alterar de forma significativa el bienestar emocional y psicológico”, explicó la doctora Valeria El Haj.

Un estudio reciente reveló que el 46% de los jóvenes argentinos se sienten abrumados por las redes sociales y que un 72% califica su nivel de estrés como malo. La presión de mostrar una vida “perfecta” y la exposición constante a comparaciones con otros pueden convertirse en una fuente diaria de ansiedad.

“Uno de los principales efectos negativos es la comparación constante con imágenes idealizadas”, indicó la especialista y continuó: “Las redes sociales suelen mostrar versiones editadas y filtradas de la vida cotidiana, lo que puede afectar la autoestima y generar insatisfacción con el propio cuerpo. Además, este fenómeno se asocia con un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios”.

Pero además de las comparaciones con modelos imposibles de alcanzar, otro de los problemas que fomentan las redes sociales es la búsqueda de validación constante a través de likes y comentarios. Estos refuerzos externos activan los circuitos cerebrales de recompensa, provocando que los adolescentes desarrollen cierta dependencia emocional. Cuando la respuesta no es la esperada, pueden aparecer sentimientos de frustración, ansiedad y en los casos más extremos síntomas de depresión.

“El uso nocturno de dispositivos también interfiere en el descanso. La luz de las pantallas afecta la producción de melatonina, dificultando el sueño y provocando irritabilidad, fatiga o problemas de concentración durante el día. Además, la sobreestimulación digital puede dificultar la desconexión y el descanso mental”, agregó la doctora sobre otra de las consecuencias de la constante exposición a las pantallas.

El acompañamiento de la familia

Pese a estar más conectados que nunca, muchos adolescentes reportan sentirse solos. Las interacciones virtuales, al ser más superficiales, no sustituyen los vínculos cara a cara, y esto puede debilitar las habilidades sociales, incrementando el aislamiento.

Frente a este escenario, es clave que las familias reconozcan las señales de alarma como pueden ser los cambios bruscos de ánimo, aislamiento social, obsesión con la imagen corporal, alteraciones en el sueño o bajo rendimiento escolar. Estos indicadores pueden reflejar que el uso de redes está afectando la salud mental, y detectarlos a tiempo puede marcar una gran diferencia en la recuperación y el bienestar del adolescente.

En ese sentido, los especialistas destacaron que la responsabilidad familiar no se limita a supervisar, sino también a acompañar activamente. Esto implica abrir canales de diálogo con los chicos, escuchar con atención y mostrar interés genuino por lo que el joven vive en el mundo digital.

“En este Día Mundial de la Juventud, el compromiso es colectivo: acompañar a los y las adolescentes en el uso saludable de la tecnología, priorizando su bienestar emocional y fortaleciendo sus vínculos en el mundo real”, concluyó al respecto El Haj.

 

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