Con piña en el Congreso, la tasa sube más y todo se duerme

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Luis Varela

eleconomista.com.ar

Sin héroes, como si no hubiera hecho demasiado esfuerzo para lograr sostener los vetos de Javier Milei, el Gobierno asistió a otro miércoles complicado en el que se encontró con una piña en el Congreso. En Diputados se insistió con aumentar las partidas por discapacidad (todavía falta el Senado para que la ley quede ratificada). Y esta mala noticia para el Gobierno llegó en un día en el que el Indec ratifica que el freno en la actividad económica se confirmó también en junio.

Así, a 18 días de la elección bonaerense y a 67 días de la elección nacional de medio término, el Poder Ejecutivo sigue sufriendo desgaste, con consultoras que continúan diciendo que la imagen presidencial va retrocediendo, “aunque todavía le alcanza como para lograr un buen resultado el 26 de octubre”. Este cuadro de situación hace que los inversores desensillen: pasen a una posición de esperar y mirar (wait and see), sin poner ni una sola moneda hasta que se vea hacia dónde se dispara la tensión electoral.

Frente a esto, el mercado financiero argentino volvió a repetir lo mismo que en los últimos días. Las tasas de interés siguen vibrando como en un electrocardiograma, con los bancos sufriendo mucho apuro y finalmente pagando más tasa por los plazos fijos, ya que la mitad del sistema financiero está sin liquidez. Así, se pagó un promedio de 43% anual por plazos fijos chicos (con picos del 55% en entidades apuradas) y nada menos que un récord del 76,6% por plazos fijos grandes, en la denominada tasa TAMAR por más de $ 1.000 M.

Y con tanta tasa de interés, los valores locales están como anestesiados. Los analistas dicen que la loca volatilidad de los intereses durará todavía unas ruedas más, pero está logrando el cometido de planchar al dólar, para ponerle un bozal a la inflación. Al punto que María Castiglioni le dio al Gobierno la mejor noticia del día: su consultora C&T cree que el IPC de agosto, no solo estará por debajo del 2%, sino que se ubicará probablemente en 1,8%, es decir por debajo del 1,9% de julio.

Con ese parámetro, y con los escribanos confirmando que la suba de los precios de los inmuebles está encontrando un techo, un poco por las más altas tasas de los créditos hipotecarios y otro poco porque ya habían subido demasiado, el mercado local repitió la misma estrofa: dólar dormido, Banco Central perdiendo algo más de reservas, bonos y riesgo país quietos, todo con una Bolsa argentina (y ADR en NY) retrocediendo, ahora hasta el menor valor de los últimos 10 meses.

En los generadores del relato oficial, dicen que el Gobierno no se esforzará demasiado en comprar votos en las dos cámaras para que los vetos no sean frenados, “porque se vote lo que se vote, lo que se está legislando es imposible de cumplir”, e igualmente, tras el cambio legislativo de octubre, volverá a insistirse con iniciativas de tope a los gastos y, supuestamente, ya no habrá sillas necesarias como para tener dos tercios en contra de la Casa Rosada.

Otros datos a tener en cuenta

Además de todo esto, surgieron otros datos a tener en cuenta. Fiel dice que la actividad industrial cae 3,3% en julio en base anual. Y el Indec, además de confirmar un EMAE débil en junio, señaló que en julio aumentó el superávit comercial: fue de US$ 989 M, contra US$ 905 M de junio, pero por debajo de los US$ 1.575 M de julio de 2024. En detalle, en julio hubo exportaciones por US$ 7.727 M (7% más que hace un año) e importaciones por US$ 6.738 M (19% más que hace un año).

Toda esta sintonía fina que sigue manoteando el equipo económico en el tramo final de la campaña, están bastante en línea con el mareo que hay en mercados internacionales. El FOMC (comité federal de mercado abierto de la FED), dio a conocer actas del organismo, donde quedó en claro que sus miembros muestran preocupación por la desaceleración económica norteamericana, al tiempo que muestran diferencias sobre la inflación.

Cuando faltan poco más de dos semanas para el 7 de setiembre, pareciera que el Gobierno quiere mostrar que el actual Congreso está dispuesto a quebrar el superávit fiscal, para volver a llevar al país al déficit, para tener que volver a emitir o a tomar deuda, y mantener a la Argentina en el loop del día de la marmota, con un estancamiento que ya se mantiene desde hace casi 90 años, y que se pronunció aún más desde 2011 a esta parte, cuando el kirchnerismo quiso repartir riqueza ajena, sin permitir que nadie multiplicara sus negocios. Veremos si esta estrategia le alcanza para hacer un buen papel en la elección bonaerense y si, sobre todo, consigue aumentar bancas en el Congreso, para lograr más de un tercio, para poder gobernar por decreto, sin vetos frenados, hasta 2027.

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