“Sweet Lovers”: una parodia sobre el amor en tiempos de redes

Agustín Recondo y Corel Salinas codirigen una propuesta colaborativa sobre un excéntrico servicio de citas románticas

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La obra “Sweet Lovers”, codirigida por Agustín Recondo y Corel Salinas, vuelve a escena con una propuesta que pone en el centro del debate los vínculos sexoafectivos mediados por la tecnología. La pieza, nacida de un proceso creativo extenso y de fuerte impronta colaborativa y paródica, tendrá una función esta noche en Área Chica y volverá a la cartelera en octubre.

Con dramaturgia de Federico Aimetta, Gustavo Parola, Agustín Recondo, Corel Salinas y Mariel Santiago, “Sweet Lovers” presenta un excéntrico servicio de citas que promete encuentros perfectos. Entre rituales de seducción, revelaciones divinas y confesiones inesperadas, los personajes se enfrentan al absurdo de intentar amar en un mundo que mercantiliza hasta los sentimientos.

En el corazón de la historia -protagonizada por Federico Aimetta, Gustavo Parola y Mariel Santiago- aparece Héctor, un personaje que oficia de anfitrión de encuentros amorosos. Su método no está basado en algoritmos, sino en listas, fichas y observación. “Es como una especie de anfitrión de parejas que va juntando personas por una serie de datos que cada uno tiene que llenar y él, analógicamente, combina cuáles son las mejores combinaciones y después los invita a este lugar”, explica Recondo en diálogo con EL DIA.

El personaje tiene también una dimensión excéntrica que atraviesa toda la obra. “Es rara la propuesta en sí, esto de juntar personas que no se conocen y hacer una especie de match a la antigua. Él quiere de alguna manera recuperar algunas tradiciones de las relaciones de antes”, dice. Héctor además comparte escena con su mascota y socio, un gato, y con un deseo no alcanzado: “Tiene una especie de sueño frustrado con la música, con el canto, que no lo deja avanzar mucho con la cita... Siempre termina tratando de estar en el medio de los dos”.

REFERENCIAS Y NO REFERENCIAS

El proceso de creación estuvo acompañado por lecturas y referencias que sirvieron como base conceptual para abordar los conflictos amorosos contemporáneos. Desde Tamara Tenenbaum y “El fin del amor” hasta “El amor es imposible” de Darío Sztajnszrajber. En debate también entró Roland Barthes y su reconocido “Fragmentos de un discurso amoroso” pero no fue incorporado.

Y aunque las referencias dramatúrgicas fueron muy claras, no pasó así con la puesta, una autenticidad que es celebrada. “Pudimos generar un lenguaje que no tiene una comparación directa con otras obras, no pudimos encontrar una referencia directa”, resalta Recondo sobre una propuesta que mezcla elementos paródicos -como el uso de pelucas- con una intensidad dramática creciente. “Es una obra extremadamente paródica en algún aspecto pero a la vez las cosas suceden en serio”, advierte.

En el proceso, también se pusieron en discusión algunos prejuicios sobre qué se considera teatro y qué no, y ese debate forma parte de la obra de manera indirecta con la utilización de elementos “mal vistos” dentro del teatro más tradicional, como el stand up o los sketches, por ejemplo.

UN PROYECTO COLABORATIVO

Convocado en primera instancia para este proyecto, Recondo cuenta que comenzó a trabajar en solitario la dirección hasta que se sumó Corel Salinas, con quien ya había trabajado en la obra “La Zanja”. Esa experiencia marcó también la manera en que se organizó la creación de “Sweet Lovers”. “Estoy modificando un poco el concepto de direcciones colectivas por el de direcciones colaborativas, que tienen una leve diferencia”, asegura el actor y director, que investiga sobre estos conceptos en su tesis de maestría.

La idea de colaboración, sin embargo, no implicó una horizontalidad absoluta. “Ella se sumó quizás a un proyecto más individual, por así decirlo, que yo tenía. Ya había una idea por dónde sumarse, que la verdad es que fue maravilloso porque ella después se sentó a escribir, que tiene como una pata más en la dramaturgia que yo. Se sentó a escribir cosas que yo ya había escrito y las reformuló y les puso su manera de verlo, y la obra creció muchísimo a partir de ese momento”.

Del mismo modo en que se trabajó la escenografía, que cuenta con el asesoramiento de Sol Santac, la actuación que caracteriza “Sweet Lovers” fue resultado de un proceso largo y sin esquemas previos. Según Recondo, se trabajó mucho para encontrar un tono que pudiera habitar los bordes entre lo paródico y lo emocional sin caer en lo caricaturesco.

“Es una obra que a cualquier persona que le gusta la actuación la va a disfrutar, porque tiene a estas tres personas que ya de por sí, por el oficio que tienen, el trabajo, etcétera, sobresalen... y la obra fue a favor de eso”, dice sobre el elenco, cuya calidad interpretativa es, para él, uno de los pilares más sólidos del espectáculo.

A pesar de estar atravesada por debates actuales, “Sweet Lovers” no fue concebida para un público específico. “No pensábamos mucho en el público particular que queríamos que la vea, sino en el público en general. Pensábamos: ‘¿Qué cosas queremos que estén?’ Bueno, que sea una obra que tenga humor, que sea entretenida, que no esté demasiado cifrada...”. La intención fue construir un espacio reconocible y cercano, donde el espectador pueda identificarse rápidamente con los conflictos que se presentan.

Tras la función de esta noche en la sala ubicada en Boulevard 83 N 403, habrá otra presentación el jueves 9 de octubre. Las entradas se pueden reservar por Alternativa Teatral.

Desde la parodia, la obra toma recursos “prohibidos” del teatro y los lleva a escena con seriedad

 

Sweet Lovers

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