En un viejo pabellón del hospital San Martín se vienen abajo los techos

En el pabellón "Rossi" del Hospital San Martín funciona la Escuela para Adultos Nº 20. Una de sus alumnas, Cristina Straub, denunció con indignación las condiciones en que toman clases. Hace tiempo los alumnos notaron la presencia de roedores, y la semana pasada se sumó la caída de un techo que todavía no se reparó.
El pabellón es el primero que se fundó, en 1885. Con su creación arrancó la historia del "Policlínico", que hoy cuenta con ocho edificios. Los problemas de infraestructura que padece ese antiguo sector son interminables.
El de la Escuela Nº 20 no es el único cielo raso que se vino abajo. Unos días antes se desmoronaron tres metros de mampostería en el servicio de residencias clínicas. Hasta ayer, no sólo nadie se había hecho cargo de la refacción, sino que los escombros permanecían tirados en el piso. Alguien los amontonó con una escoba y allí quedaron.
En ese servicio trabajan aproximadamente 20 residentes. Dan clases y hacen guardias de 24 horas, por lo que están obligados a descansar -cuando sus obligaciones se lo permiten - en condiciones que pueden llegar a ser hasta peligrosas.
"El pabellón Rossi tiene un grave problema de filtraciones, por eso se están cayendo los techos", coincidieron fuentes del personal profesional y no profesional del hospital de 1 entre 69 y 71. "Tememos que con una lluvia muy fuerte se venga todo abajo", agregaron alarmados.
El mismo problema edilicio no permite la habilitación de la Sala 1 del pabellón. El "Rossi" cuenta con cuatro sectores destinados a internación. Desde hace tres meses 18 camas están en desuso porque las filtraciones amenazaban con el desmoronamiento del techo y las autoridades del centro asistencial tuvieron que cerrar la sala. "El lugar está totalmente abandonado y no se ve que vayan a hacer algo por recuperar ese sector", dijeron las mismas fuentes.
La Sala 1 se mantiene tal como cuando fue clausurada. Se ven bolsas de residuos en el piso y gasas desparramadas que alguna vez fueron usadas. Los baños que correspondían a los pacientes tienen también los techos a punto de derrumbarse, no tienen puertas y están muy lejos de poder ser utilizados.
"¿Tanto cuesta solucionar los problemas de filtraciones para poner en funcionamiento una sala que serviría para la atención de 18 pacientes"?, se preguntó un empleado que trabaja en ese pabellón. "Han puesto a nuevo otros edificios, mientras que éste se cae a pedazos", señaló.
Lo cierto es que para llegar al viejo pabellón del San Martín hay que atravesar larguísimos pasillos con paredes descascaradas, cielo rasos con profundas grietas y en algunos tramos, sortear charcos que se forman a partir de goteras.
Ayer resultó imposible comunicarse con alguna autoridad del Policlínico que brinde una explicación sobre el estado edilicio del pabellón "Rossi". La directora del centro de salud, María Magdalena Aprea, indicó en una consulta efectuada hace un mes por este diario y que se publicó en una extensa nota sobre los hospitales públicos de La Plata que "las deficiencias de infraestructura que sufre el San Martín se deben al deterioro lógico de los edificios antiguos".