Los fiscales tienen preparado el pedido de arresto de Fraticelli

MELINCUE.- Los fiscales que investigan el crimen de la hija del juez de Rufino dijeron ayer que si no fuera por su condición de magistrado, Carlos Fraticelli ya estaría preso y aseguraron que apenas sea destituido pedirán su inmediata detención como presunto coautor del asesinato.

Los fiscales de instrucción Graciela Mastrocésare y Jorge Pozzi acusaron además al juez de no colaborar con la investigación del homicidio de su hija Natalia Fraticelli y de preferir en cambio adoptar una estrategia mediática.
"De no ser por los fueros que lo protegen, Fraticelli estaría en este momento en la misma situación procesal que su mujer" Graciela Dieser, detenida desde el 24 de mayo último por el crimen, sostuvieron los fiscales, y anticiparon que pedirán la inmediata detención del magistrado apenas sea destituido.
Los funcionarios judiciales adelantaron además que tratarán de "corroborar la hipótesis de que se trató de un homicidio doblemente calificado, no sólo por el vínculo sino también por la premeditación".
Para los representantes del ministerio público, quienes trabajan juntos en el caso por disposición de la Fiscalía General de Cámara, existen muchos elementos que avalan la coparticipación en el hecho del ahora suspendido juez penal rufinense.
"Si tuvo alguna participación la tuvo como autor y no como encubridor", aseguró Mastrocésare al descartar la hipótesis de que Fraticelli pudo haber actuado sólo como encubridor de su mujer, hecho por el cual no recibiría pena alguna por tratarse de su cónyuge.
Sin embargo, agregó la fiscal, "pudo existir una tentativa de parte de él para que alguien encubriera el delito, aunque no lo logró".
Mastrocésare, de 49 años, y Pozzi, de 46, confiaron a lo largo de la entrevista con Télam sus sospechas de que "alguien fue convocado antes que el médico (Hugo) Costa -el primero en llegar a la casa de la víctima, según el expediente- para encubrir la escena del crimen".
Por tal motivo, aseguraron, no descartan "para nada" la participación en el episodio de una "tercera persona", aunque, aclararon, aún no tienen elementos para ordenar su arresto.
Los fiscales opinaron que son "muy sospechosos" algunos de los testimonios que hacen referencia al kinesiólogo rufinense Edgardo Martín, un amigo del matrimonio Fraticelli y de su hijo adoptivo, Franco, de 17 años.
Respecto del adolescente, "estaría medianamente demostrado que no estuvo en la casa esa madrugada, pero tampoco existe certeza absoluta de que no haya sido así. Los cierto, es que en esta etapa de la investigación no tenemos elementos que lo ubiquen en la escena, igual que al kinesiólogo", explicó la fiscalía.
Lo que sí descartaron de plano ambos fiscales es la posibilidad de que alguien hubiera ingresado a la casa sin autorización. "Si había alguien más adentro, es porque le franquearon la entrada", expresó Pozzi.
Los acusadores del proceso admitieron que aún no pudieron realizar la reconstrucción histórica del hecho, es decir establecer cuáles fueron los pasos que el matrimonio dio adentro de la casa la madrugada del 20 de mayo último, cuando Natalia fue estrangulada.
"Todavía no lo tenemos claro, sabemos que algo pasó esa noche, algo que produjo la eclosión, si bien no creemos que haya sido ese el motivo del crimen", consideró Mastrocésare.
Es que en lo que va de la pesquisa se recolectaron evidencias suficientes como para sospechar que Natalia vio o escuchó algo que no debía y que ese fue uno de los detonantes del homicidio.
Al referirse a los resultados de las pruebas toxicológicas del cadáver de la víctima, que revelaron que había sido excesivamente medicada esa noche, la fiscal Mastrocésare fue clara: "Este final estaba previsto, no sé si planeado, pero esa nena no formaba parte del plan familiar".
En este punto es donde los acusadores consideran que existen muchos elementos para demostrar, con el correr de la pesquisa, que se trató de un homicidio calificado por premeditación, además de por el vínculo, como lo resolvió el juez penal de Melincué, Carlos Risso.
Mastrocésare y Pozzi criticaron la actitud de Fraticelli a la hora de colaborar con la investigación: "El está en inmejorables condiciones para saber que su primera y mejor defensa material hubiera sido presentarse ante el juez y no ante un micrófono".
"Es abogado, juez y, para colmo, juez penal, podría haber tenido una actitud de colaboración con la justicia más allá de que sus fueros sean funcionales y no personales", opinó la fiscal.
Es que desde que fue imputado en la causa Fraticelli se amparó en sus fueros para tener inmunidad y sólo pidió declarar como testigo ante el juez Risso, quien se negó a escucharlo en esas condiciones.
"De puño y letra pidió dar testimonio cuando es un juez y sabe muy bien que un imputado y la única declaración que puede dar es la indagatoria", sostuvieron Pozzi y Mastrocésare.
"No sólo como juez sino como padre sabe que si quiere puede ponerse a disposición de la justicia, es una cuestión de voluntad", concluyeron los acusadores.