Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Televisión y después

Tuvieron su minuto de fama y ahora están lejos de la pantalla chica. Son platenses que, ya sea en ciclos de preguntas y respuestas o programas de entretenimiento, pasaron por la tele para demostrar sus habilidades y triunfaron. Sus nombres estuvieron en las mesas de café o en las charlas de oficina, pero hoy ya están lejos de aquel reconocimiento mediático que tanto buscaron. ¿Quieren volver? ¿Extrañan el mundo fugaz pero novedoso de la tele? Ellos, los que fueron famosos, tienen la palabraPor FACUNDO BAÑEZ

Televisión y después
7 de Mayo de 2007 | 00:00
-¿Qué cargo ejerció el doctor Arturo Illia antes de ser nombrado presidente de la Nación?-, preguntó Sofovich en tono parco y algo reflexivo.
abre comillasDichoso el que no ha conocido nunca el sabor de la fama; tenerla es un purgatorio; perderla, un infierno (George Bulwer Lytton)cierra comillas


Bernardo Wasinkievich escuchó la pregunta y pensó en silencio. Recorrió la vista por el estudio televisivo como si buscara algo perdido. Cerró los ojos intentando mayor concentración. Dudó un instante, y luego de algunos segundos de profundo cavileo respondió:

-Gobernador...

Sofovich negó como si algo le causara pena y miró a la cámara con aire socarrón, intentando acaso alguna complicidad con el televidente. La respuesta estaba mal. La respuesta correcta, informó Sofovich, era diputado nacional...

Aunque el error no le impidió ganar cuatro veces consecutivas el programa "Tiempo Límite" del año 2005 ni tampoco pasar a la ronda final y llevarse allí también el premio mayor, aquella equivocación es algo que a Wasinkievich todavía hoy le sigue provocando un sabor amargo en la memoria. Tal vez sea por su estirpe de radical de toda la vida, o tal vez, simplemente, porque para alguien acostumbrado a ganar frente a las cámaras nunca es fácil admitir una derrota. Sea por uno o por lo otro, o por ambas razones a la vez, lo cierto es que Bernardo sigue pensando en aquella respuesta equivocada y, al mismo tiempo, se ilusiona con tener algún día la chance de volver a triunfar en televisión.

Volver. Wasinkievich no tiene empacho en decir que le encantaría volver. Estar otra vez frente a cámara. Estar otra vez en pantalla. "A nadie le amarga un dulce -dice-. No estoy desesperado, pero me encantaría regresar. Estar en tele es algo que te cambia algunas cosas. Que te feliciten, que te saluden por la calle. En fin, que te reconozcan. A todos nos gusta eso. Y no tenerlo es algo que en cierta medida se puede extrañar. No me vuelvo loco porque soy un tipo de perfil bajo, pero me gustaría volver a sentir eso..."

"Eso" que sintió y cada tanto extraña Wasinkievich tiene nombre propio: fama. Una fama que, aunque acaso fugaz, algunos platenses supieron tener en los últimos años. Ya sea en ciclos de preguntas y respuestas, en programas de entretenimientos o en algún reality musical, fueron varios los que pasaron por la tele y triunfaron demostrando sus habilidades. Sus nombres estuvieron en las conversaciones de café o en las charlas de oficina. Fueron parte de una tele cada vez más proclive a parir estrellas por un día. Fueron reconocidos. Fueron famosos. Y hoy, lejos de aquella fama repentina, viven sus días como si todo fuera un antes y un después de la tele. Algunos, como Wasinkievich, quieren volver. Otros, simplemente, lo recuerdan como una experiencia única pero prefieren seguir lejos de aquellos días de pantalla chica.

Así, por ejemplo, piensa Manuel Arcas, un abogado de Brandsen que durante 2005 participó en más de 30 programas de "Tiempo Límite" con un éxito casi tan arrollador como el de Wasinkievich. Manuel repasa aquellos días y no duda: "Me dio rédito económico y fue interesante en lo personal. Pero una vez que se terminó supe que ahí iba a quedar. No me interesa volver. No quiero popularidad. Lo mío es ser abogado, y el estar en tele sólo me trajo clientes cholulos. ¿Podés creer? Contestaba preguntas con Sofovich y me llamaban un montón de personas para que atendiera sus casos. Nada serio, obvio. Un ejemplo de fama pasajera..."

Para muchos, se sabe, la fama es puro cuento. Para ellos, una experiencia reciente que supo cambiarles la vida. Aunque sea por un rato. Aunque sea por algunas semanas.

Cobra buena fama y échate a dormir; cóbrala mala y échate a morir. Raro es el famoso que se echa a dormir y aún menos a morir. Ni cuando quiere lo dejan. De acuerdo: todo es efímero y efímeras son la fama y los famosos (Marco Aurelio)


Quien sabe de fama y reconocimiento mediático también es la platense Juliana Ruíz, que en 2003, luego de un casting para 42 mil personas, quedó entre los 18 participantes de "Operación Triunfo" y fue una de las finalistas del programa. De aquella época de adrenalina y exposición permanente, Juliana tiene ahora un recuerdo preciso: "En lo personal no cambió nada -dice-, pero está claro que el haber pasado por ese éxito televisivo me permitió hacer un contrato discográfico. De todas maneras, en el mundo de la música hay mucho prejuicio, y el hecho de haber salido de un reality me sigue condenando. Yo tuve 30 puntos de rating, y ahora que se lo que eso significa, elijo no tenerlo. Estaba bueno el reconocimiento por la calle, pero prefiero que me tomen como alguien que hace música y no como un personaje más que aparece en la pantalla..."

Quienes viven la experiencia de la fama súbita, también saben que esa fama puede ser efímera. "Todavía hoy me siguen reconociendo", cuenta Juliana, a punto ahora de lanzar su segundo disco solista. Aunque enseguida aclara: "Desde ya que ni se compara con lo que era cuando estaba en el programa. Ahí me reconocían todos. Estuve ocho meses de gira por el país y era impresionante ver cómo la gente sabía de mí sea en el lugar que sea".

Para los que pasaron por la tele la experiencia del día después es casi la misma. Describen los días posteriores a la aparición televisiva plagados de felicitaciones y reconocimientos. Y para algunos, como el caso de Juliana, se abren puertas que permiten otros proyectos artísticos de cara al futuro.

Todos coinciden en lo mismo: hay un antes y un después de la fama. Pasar por la tele cambia las cosas. Y quienes antes eran desconocidos, luego de mostrar sus habilidades en la pantalla chica reciben el saludo de miles de personas. Los felicitan. Acaso les reprochan un defecto. Les desean suerte. De pronto son parte de una pantalla que tiene nombres propios: "Tiempo Límite", "Showmatch", "Susana Giménez", "Bailando por un sueño". Sus participantes no sólo compiten por dinero, un premio, un sueño cumplido. Después de aparecer en cámaras, cambia su estatuto frente a los demás. Y cambia también, claro, su forma de valorar las cosas.

La fama repentina de Eliana Berretta tras haber cantado en "Super Pop Kid", "Generación Pop", "Cantaniño" y "Showmatch", por caso, la colocó en un estado de gracia que aún hoy le resulta difícil de asimilar. Con apenas 15 años y acaso toda una carrera por delante, Eliana cuenta que su momento de mayor exposición fue en 2005, cuando Marcelo Tinelli la convocó para cantar cuatro veces en uno de los programas más vistos del país.

Y de golpe, el éxito. El reconocimiento. El ir por la calle y ver cómo la gente se quedaba mirando a esa persona que no se conoce pero que, a fuerza de tele, ya es bien conocida.

"Para mí fue súper emocionante -explica-. Y el día después de estar en Showmatch todos en la escuela me felicitaron. Mis compañeros, las maestras, la directora. Fue increíble. Me encantó. Por eso estoy con muchas ganas de volver a cantar y estar en televisión. Es genial que todos te reconozcan y te feliciten por lo que hacés".

Es verdad: cuando cantó en Showmatch, todos querían felicitar y saludar a Eliana. Aunque sea súbita y repentina, ella supo en su momento alcanzar su propia estrella, que fue ella misma, y ahora espera paciente pero expectante el momento en que se cruce una nueva oportunidad para volver a brillar en miles de televisores de todo el país.

Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen. Las buenas reputaciones están hechas con nada (Oscar Wilde)

Historia, artistas del siglo XIX, la Biblia, paisajes apenas conocidos en el mapa, ecuaciones numéricas, deportes.

Bernardo Wasinkievich escucha y responde. Duda poco. Acierta. Participa en el programa de Susana Giménez y gana 18 mil pesos. Participa después en el programa de Gerardo Sofovich y gana la primera temporada del ciclo. Pasa a la segunda y la gana. Gana la tercera. Y la cuarta. Nunca nadie lo había conseguido pero Bernardo hace posible lo imposible. Sonríe bonachón y algo tímido y sigue acertando preguntas y más preguntas de manera consecutiva. No para. Se lleva 40 mil pesos y acepta otro reto: la gran final con todos los ganadores del ciclo. Sucede lo previsible: la gana. Le dan un auto y le ofrecen su valor en plata, pero Bernardo dice que no tiene con qué viajar y acepta ese auto que hoy, dos años después de haber estado en tele y cumpliendo su rutina como empleado administrativo en un laboratorio local, lo sigue llevando de un lado a otro de la ciudad.

"El coche me vino bárbaro -cuenta-. A veces me reconocen en la calle y hasta identifican al auto. 'Ese fue el que te ganaste con Sofovich', me dicen. Esas cosas son las que por ahí uno a veces extraña: que te reconozcan y te feliciten. El único capital que desarrollé en mi vida es el intelectual, y lo que intenté con mi participación en la tele fue reflejarlo en algo que me diera alguna satisfacción material. Pero lo material no es lo único: que te saluden por lo que sabés es algo hermoso. Y es eso por ahí lo que a veces uno quiere recuperar..."

Wasinkievich -que fue además candidato a diputado por la UCR platense- recuerda que la pregunta final la pudo responder gracias a la lectura del libro "Sobre héroes y tumbas", de Ernesto Sábato, en su época de alumno del Colegio Nacional de La Plata. Tal vez por eso, recomienda hasta el día de hoy a todos los jóvenes que lean y se instruyan. Todos tienen derecho a saber y aprender conocimientos nuevos, dice. Y tiene razón. Porque todos, como dijo Andy Warhol, tal vez tengamos derecho alguna vez a nuestros quince minutos de fama.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla