Calidad, cantidad, carácter, gol y a la suerte como novia

Con ausencias clave, supo reponerse de un inicio escalofriantePor MARTÍN MENDINUETA

¡Cómo no lo va a seguir tanta gente! ¡Cómo no van a cantar todos juntos, jóvenes y abuelos, laburantes que corren el colectivo y reconocidos empresarios que descienden, impecables, de autos importados; caballeros de bigote y panza pronunciada y mujeres de diferentes niveles de belleza, edad y pasión, ese cántico dulzón que termina afirmando "...se merece ir a Japón!

En Estudiantes están todos locos. De orgullo. De satisfacción. De regocijo sin pausa. Por albergar en su alma tantas ilusiones, de cabotaje e internacionales, caminan sin apoyar las suelas. Van en el aire. Ya lo escribí y lo reitero, si el cronograma de partidos dependiera de la elección de los hinchas, el equipo dirigido por ese tutor al que se le cae en cada gesto la pinta de buen tipo, jugaría tres o cuatro veces por semana. La cifra final dependería del cansancio de los muchachos, sí de los muchachos que alientan desde la tribuna, porque no terminarían nunca de curar su afonía.

EMPEZO COMO EL TRASTE

Afirmar que Rosario Central fue superior en el primer tiempo sería reducir, por la misma estrechez del concepto, la real dimensión de un dominio claro, punzante y estético. El "Kily" González (jugó 60 minutos soberbios) y compañía, peleando por no irse al Nacional "B", mostraron que saben de qué se trata el verbo atacar. Pero, claro, fueron incompletos. Les faltó lo más importante, meterla, embocarla, pegarle un furibundo sopapo a la red.
En ese rato, que pudo haber sido fatal para el "Pincha", la línea media jamás se adueñó de la pelota y atrás, varias veces, hubo olor a gol "Canalla". Si a esto le sumamos que Lázzaro, cada vez más alejado de la contundencia que lo hizo aterrizar con pompas en el Country, volvió a dejar una imagen demasiado borrosa, el panorama generaba un optimismo marcadamente desnutrido.

SALGUEIRO LOS MATO DE UN TIRO

El "centro-gol" del eléctrico extremo derecho trasladó a la visita, directamente, hacia la sala de terapia intensiva. Significó un golpe terrible, muy fuerte, casi imposible de asimilar. El discutido penal que facturó -con llamativa violencia en su disparo- Vizcarra, ofició de cruel espejismo. El remate de la obra llevó la firma de JUAN MANUEL DIAZ (sí, hoy merece ir todo en mayúsculas), quien coronó su lucida tarea, sin dudas la mejor desde que cruzó el "Charco", con un cabezazo que nada le envidió a los tantos que hemos visto de Alayes y de Desábato.

Ya después, con los de Madelón traslados en el cortejo fúnebre, la fiesta roja y blanca mostró a Piatti como antes, pícaro, venenoso, prácticamente inalcanzable. Enzo Pérez también levantó en el armado y el paraguayo González ratificó que, cuando lo llaman, se acopla con inteligencia.

Ahora, Ecuador. Quito. Más cerca de las nubes que del mar. Pregunto, ¿quién merece ser el centrodelantero titular frente a la Liga de Bauza? Mi opinión es que llegó, una vez más, el turno de Maggiolo. Y si el caramelo no fuera para "Lechuga", Sensini debería probar con Pirchio. Hace rato que Estudiantes viene jugando con ese hándicap, nadie sabe quién es el "nueve" titular. Justamente por eso incluyo en el menú de posibilidades a este joven fortachón que mostró tener más hambre que un elefante.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE