La era de Hielo 3 de Carlos Saldanha y Mike Thurmeier
| 31 de Agosto de 2009 | 00:00

Ya lo anunciaba el freaky de películas de terror de Scream. Pasa algo con las terceras partes. No sólo pasa algo sino que, según él, puede pasar cualquier cosa. Todo puede cambiar rotundamente. Las reglas se rompen, lo extraordinario tiene lugar. Así es como en X-Men 3 existe una fuerza sobrenatural (por sobre los mutantes que serían lo natural) representada por el Fenix, Jean Gray, Volver al futuro se convierte en un western y muere Michael Corleone en El Padrino. Lo que sucede es que se trata del último capítulo de una trilogía. Todos pueden morir, algo concluye. Yo agregaría que por lo general son en 3d: Tiburón, Shrek, Mini Espías, Toy Story.
Pero lo que sucede con algunas caprichosas terceras partes es que pierden su identidad. Pierden la identidad de la saga. El problema de que Los Simpson salven a Springfield es que en la segunda parte se les va a pedir que salven al mundo. Entonces en la tercera se les pedirá que salven al universo, ahí es cuando entrarían, necesariamente, las características extraordinarias. En todo caso Los Simpson ya perdieron su identidad hace un rato largo.
El caso es que en La era de hielo 3 sucede lo mismo. Donde desde el título se nos decía que todo era hielo no existe ni un copito de nieve. Donde los dinosaurios se habían extinguido, no sólo reaparecen sino esta repleto de ellos. Donde teníamos tres claros personajes principales, ahora el rol más importante, y más divertido, es el de Buck, una nueva comadreja aventurera.
En verdad no soy muy seguidor de la saga, por lo que supongo que la pérdida de identidad pueda no ser un problema para mí. Por eso, tal vez, a pesar de su falta de emoción, es la que más me atrajo, más que nada por algunas escenas vertiginosas apoyadas en la tridimencionalidad. No me bancaba al ortiva de Mani, al nabo de Sid ni al canchero del tigre que tendría que haber muerto en la primera para que estuviera buena. Sólo me atraía la ardilla y su bellota (el coyote y el correcaminos), el cine y la aventura imperfecta.
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