Gremios van a la carga contra el Impuesto a las Ganancias

Gremios que agrupan a docentes y empleados estatales bonaerenses se aprestan a negociar mejoras salariales con el gobierno de Daniel Scioli. Pero más allá del incremento que pretenden y que en algunos casos ya fue blanqueado por las organizaciones, tienen la mira posada sobre un elemento clave que produce una fuerte erosión en el ingreso de los trabajadores: el Impuesto a las Ganancias.

Con la aspiración de máxima de que ese tributo sea derogado por considerarlo "un impuesto al trabajo", los gremios pretenden que, al menos, la Nación acceda a la suba del mínimo no imponible, es decir, el piso a partir del cual los empleados en relación de dependencia -tanto estatales como privados- empiezan a ser alcanzados por la imposición.

En las últimas horas trascendió que el Gobierno estudia subir 20 por ciento el mínimo no imponible de Ganancias. La medida implicaría que los empleados solteros sin hijos tributarán Ganancias cuando sus haberes netos con el aguinaldo devengado superen los $ 6.940, cuando ahora ese piso es de $ 5.782. En tanto, los casados con dos hijos pagarían cuando cobren más de $ 9.590, en vez de los $ 7.998 actuales.

RECLAMO DOCENTE

De acuerdo a un informe realizado por la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), si el Gobierno no elimina el pago del impuesto "el incremento salarial que se acuerde sería financiado por los propios docentes".

Así lo aseguró la presidente de la FEB Mirta Petrocini, quien sostuvo que "si pensamos en un incremento salarial de un 30%, miles de docentes que hoy comienzan a pagar Ganancias después de casi dos décadas de trabajo, tendrán que tributar al poco tiempo de comenzar su actividad".

Según el relevamiento de la entidad gremial, en la actualidad más de 55 mil trabajadores de la educación están alcanzados por este gravamen.

Del informe se desprende que, en la actualidad, un docente soltero con dos cargos de maestro de grado que recién se inicia, comienza a tributar a los 17 años de antigüedad en la docencia. Si se dispusiera un incremento salarial del 30% como piden los gremios, debería pagar Ganancias a los 2 años de haber comenzado a dar clases.

"Para este caso, el Impuesto a las Ganancias se corre 15 años en perjuicio del docente, morigerando un incremento que tiene como objetivo aliviar los castigados bolsillos del sector", indicó la FEB.

"Por eso decimos que al aumento lo terminan pagando los mismos docentes", indicó Petrocini y agregó que "hay una lógica perversa si la lucha salarial se da en estos términos, ya que aquello que logramos con semanas de negociación, pasa a engrosar las arcas del Estado en detrimento del ingreso de los docentes".