Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |UNA EPIDEMIA EL SIGLO XXI

Los ataques de pánico y las fobias ganan terreno en todas las edades

A la par de estilos de vida más estresantes, los trastornos de ansiedad tienden a extenderse y afectan a personas cada vez más jóvenes, observan psicólogos y psiquiatrasPor NICOLÁS MALDONADO

Los ataques de pánico y las fobias ganan terreno en todas las edades

La licenciada Elisa Hernández y la doctora Gabriela Vaglieca (de izquierda a derecha), codirectoras del Fobia Club de La Plata

6 de Mayo de 2012 | 00:00

Una noche del año 2001 Alicia experimentó una pesadilla que iba a durarle cinco años. Se despertó de pronto en plena madrugada con una sensación de terror que no podía explicar: el corazón le latía como si fuera a explotarle, sentía una opresión en el pecho y casi no podía respirar. Convencida de que le había llegado la hora, se encomendó a Dios y cerró los ojos resignada a morirse. En lugar de eso lo que sucedió fue que lentamente todo volvió a la normalidad como si no hubiera pasado nada. Era sin embargo el comienzo de algo que ni siquiera imaginaba que podía pasar.

Durante las semanas siguientes el episodio volvió a repetirse por las noches con regularidad: veinte minutos de un terror desquiciante que no parecían responder a ninguna causa en especial. Tras hablarlo con su marido y su médico, Alicia fue a ver a un psiquiatra, pero las cosas no mejoraron para ella. Por el contrario, al cabo de un año no sólo seguía padeciendo esos ataques sino que el miedo a sufrirlos en la calle la habían llevado a encerrarse. Encima de eso experimentaba por momentos una sensación de ansiedad tan desesperante que sólo lograba controlarla caminando como loca por adentro de su casa, ya que no se animaba a salir.

Entre el encierro y la falta de mejorías, llegó la depresión. Empezó a quedarse en la cama cada vez más hasta casi no levantarse de ella; dejó de bañarse. Aunque es una persona muy creyente que jamás en su vida había considerado el suicidio, a esa altura estaba mentalmente preparada para tirarse del techo del edificio de Obras Publicas, confiesa ella sin dramatismos, como quien menciona un hecho objetivo.

Si bien lo que vivió a Alicia -una técnica estadística hoy jubilada- parece algo excepcional, no lo es en absoluto. Los trastornos de ansiedad como el suyo afectan a una de cada diez personas y tienden a generalizarse en nuestra sociedad: cada vez se los ve más, cada vez a edades más tempranas, cada vez con mayor variedad de formas, aseguran psicólogos y psiquiatras que se especializan en tratarlos.

Denominados por la gente de manera genérica como fobias, los trastornos de ansiedad parecen ir en camino a convertirse en una de las grandes epidemias de este siglo; una además muy peligrosa. Y es que no sólo pueden provocar un enorme deterioro en la calidad de vida de las personas, sino que en muchos casos avanzan sin ser diagnosticados, desatando un montón de otras enfermedades que nadie consigue sacarse de encima hasta dar con la causa de fondo: esa pesadilla que vivió Alicia.

UNA BASE VULNERABLE

Tal como se las define técnicamente, las fobias son temores irracionales y excesivos a determinadas situaciones y objetos que en algún momento se tornan invalidantes. Pueden ser específicas, como la claustrofobia y la aracnofobia; o bien generalizadas, como la fobia social. La psiquiatría ha llegado a identificar cerca de 6.500 formas distintas de fobias, y a la par de ellas otros cuadros como el ataque de pánico y la ansiedad generalizada que tienen muchas características en común. Todos ellos forman parte de lo que se conoce como trastornos de ansiedad.

Ya se trate de una fobia puntual o de un ataque de pánico, los trastornos de ansiedad no tienen una causa única. "Existe en principio una predisposición genética que poseen algunas personas y que las vuelve vulnerables a este tipo de trastornos, pero uno puede tener esa predisposición y no sufrir nada en toda su vida, hace falta además algo que los dispare. Y eso que los dispara son situaciones de estrés: una mudanza, una pérdida, un duelo...", detalla la doctora Gabriela Vaglieca, médica psiquiatra y codirectora del Fobia Club de La Plata.

En el caso de Julia Rodríguez, un ama de casa de Tolosa madre de cuatro hijos, el trastorno arrancó con la muerte de su hermana. "No pude ni ir al velatorio; apenas verla empecé a sentir que yo también me moría: se me aceleraban las pulsaciones, me faltaba el aire y tenía ganas de salir corriendo de la desesperación", relata ella.

Lo mismo que a Alicia, a Julia le diagnosticaron ataques de pánico, la forma de trastorno de ansiedad que hoy más ven los psicólogos y psiquiatras. Si bien en su caso comenzó a sufrirlos a los 22 años de edad, lo común es que aparezcan alrededor de los 28, sobre todo en mujeres. Pero lo cierto es que ese rasgo distintivo de la enfermedad ha empezado a perder vigencia durante los últimos tiempos, ya que hoy sus primeras manifestaciones se dan a edades cada vez más tempranas. "Los hemos visto incluso en niños", asegura Vaglieca.

MIEDO A TENER MIEDO

Clic para ampliarCualquiera sea la edad a la que se presente, "una vez que se tiene un ataque de pánico es muy raro que no vuelva a suceder. Y es que al tener una vulnerabilidad de base, basta que esa persona se encuentren frente a una situación de estrés para que sufra otro ataque, y ahí empieza la seguidilla", dice la psiquiatra. Sucede además que, "los pacientes (ya padezcan ataques de pánico o fobias) empiezan a desarrollar conductas evitativas para que aquello que temen no les vuelva a suceder, y eso hace que el problema se vuelva más complejo", explica la psicóloga Elisa Hernández, codirectora del Fobia Club local.

Alicia cuenta por ejemplo que en cierto momento dejó de salir de su casa por miedo a que los ataques la sorprendieran sola en la calle. "Estuve cinco años sin poner ni el pie en la vereda si no me acompañaba mi marido", dice. Julia por su parte pasó cerca de doce años evitando ir a supermercados, entrar a bancos, viajar en micros y manejar en medio del tránsito por temor a perder el control de la situación.

Pero aún cuando evitaba todo tipo de lugares con mucha gente, Julia no conseguía frenar sus ataques de pánico. "Me agarraban en casa noche tras noche. Me despertaba con la sensación de que me moría y salía como estaba a pedirle ayuda a los vecinos a cualquier hora. Al rato cuando se me pasaba me moría de vergüenza y no sabía cómo disculparme con ellos, pero en el momento no lo podía controlar", cuenta.

"Con el tiempo empecé a deprimirme porque estaba cada vez peor. Nadie sabía decirme qué era lo que tenía y me había convertido en una rata de laboratorio: probaban conmigo una medicación atrás de otra y ninguna funcionaba... fueron doce años así", dice Julia, quien recién logró enterarse qué era lo que le pasaba al ver una nota sobre ataques de pánico en un noticiero. Y lo mismo le sucedió a Alicia: "de no haber estado mirando televisión ese día quién sabe cuánto tiempo más hubiera pasado encerrada en casa", dice ella.

CAMINO A LA RECUPERACION

Clic para ampliarEn contraste con los cerca de quince años que pierden en promedio las personas con trastornos de ansiedad hasta alcanzar el diagnóstico acertado, su recuperación parece casi milagrosa. Y es que los tratamientos no sólo tienen una tasa de efectividad alta, sino que empiezan a producir cambios notables en lo pacientes ya a los pocos meses de iniciar.

"Lo que más resultados dan son los tratamientos que combinan el uso de fármacos con la terapia congnitiva comportamental: tienen una tasa de éxito por encima del 90%", afirma la doctora Vaglieca, quien explica que "los trastornos de ansiedad no requieren en general más de un año y medio de medicación".

En el proceso de recuperación, el grueso del trabajo lo hacen los psicólogos. "Como estos pacientes incurren en distorsiones al interpretar la realidad, tratamos de mostrarles eso. Les explicamos además que los ataques tienen un ciclo corto, les enseñamos recursos para controlar la ansiedad y los ayudamos a enfrentar gradualmente las situaciones a las que tienen fobia", resume la licenciada Hernández.

A fuerza de salir a caminar con su terapeuta cada vez un poco más lejos y aprender a manejar el miedo, Alicia recuperó en poco tiempo su independencia. "Después de cinco año no podía creer cuando volví a subirme a un colectivo sola: estaba tan orgullosa que le llevé de regalo el boleto a mi psiquiatra", cuenta. "En cinco meses mi vida dio un giro de 180 grados -asegura por su parte Julia-. Ya puedo manejar, entrar a un supermercado y un montón de otras cosas que durante mucho años no me animaba ni siquiera a imaginar. De tanto sentir miedo llegué a creer que mi vida estaba perdida -dice-, ahora la estoy recuperando".

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla