Cambaceres se quedó afuera y Aldirico confirmó que se va
| 4 de Junio de 2012 | 00:00
Cambaceres necesitaba ganar por tres goles de diferencia para seguir en carrera, debido a que en la ida, había perdido 4-1. Y así fue, nomás. Desde el arranque mismo del encuentro, el equipo de Ensenada salió con determinación a jugarse sus cartas en procura de alcanzar una hazaña, que finalmente no llegó.
La inclusión desde el vamos de Kissner y Valenti, cuando en la semana se los había descartado por lesión, le dio una cuota de esperanza a un Camba que durante la primera etapa trabajó con criterio e inteligencia, pese a que en algunos pasajes, se lo vio ansioso y pasado de vuelta.
No obstante, Midland, con una tarea acertada en la mitad de la cancha, supo contener cualquier intento del local, gracias a criterioso desempeño de los volantes. Sin embargo, y a pesar de que Camba se jugó al ataque, los de Libertad tuvieron las dos más claras del primer tiempo. Una en los pies de Cérica y la otra de Figueroa.
Camba, en tanto, encontró algo de profundidad en los últimos minutos, a través del "enorme" Colombano. El gol, antes de que se cierre la etapa, llegó con un cabezazo cruzado de Valenti, quien aprovechó un centro de Adrián Jones.
LA CARNE EN EL ASADOR
En la parte final, Aldirico movió el banco y puso toda la carne en el asador. Metió en cancha un tercer punta y apostó a la línea de tres en la defensa, buscando alcanzar la hazaña. Fue para adelante siempre, se adelantó y buscó permanentemente quebrar a un Midland que se cerró bien en defensa y que utilizó el arma del contraataque para lastimar.
Pese a los cambios de nombres y posicionales, al equipo le faltó juego. Estuvo contenido y muy nervioso con la pelota en los pies. Las dos chances más claras, sin dudas, fueron el mano a mano que Barrera le tapó a Kissner, y en la misma jugada, el rebote que fue despejado sobre la línea por Carpintero.
Los minutos pasaban y Camba no conseguía descontar. Mientras que el elenco que dirige técnicamente Facundo Besada, jugó con el 4-1 a favor en la ida y contra la desesperación de su adversario.
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