El torneo ya arrancó, el fútbol todavía no

Por EDUARDO TUCCI

Con cinco fechas cumplidas el fútbol sigue faltando a la cita. Los malos espectáculos volvieron a ser el dato saliente en este nuevo capítulo del certamen, desarrollado entre el viernes y el domingo día, en el que después de mucho tiempo, volvieron a formar parte de la programación en una misma jornada, Independiente, San Lorenzo, River y Boca, aunque en diferentes escenarios y con expectativas absolutamente contrapuestas.

Más allá del enojo de Pedro Troglio -cuya carta dedicada a los que critican la falta de buen juego tuvo amplísima difusión-, no vamos por el buen camino, futbolísticamente hablando, y este concepto abarca a todos. Desde el líder

PUNTERO CON POCO

Boca, que enseña el camino desde lo más alto de la tabla sin mostrar mucho, hasta el desorientado Independiente, inmerso en una de las crisis más graves de su historia. Todos a su turno han expuesto más falencias que aciertos y la escuálida columna de los goles a favor ha sido este fin de semana un fiel testigo de la sequía imperante.

Boca está un escalón arriba aunque no le sobra nada. El domingo la cabeza de Lucas Viatri -con intervenciones que nos hicieron recordar a Martín Palermo-, fueron la llave para salvar el momento frente a un endeble Atlético Rafaela. Siguen faltando, además de Riquelme, una idea de juego coherente, y los de la ribera sólo logran marcar alguna supremacía a través de sus individualidades.

Por ahora Julio Falcioni ha alcanzado algo de calma en el fútbol local, aunque todavía retumban los ecos por el fracaso en la Copa Sudamericana. Así y todo los boquenses acumularon su cuarto éxito consecutivo, una marca que no lograban desde el Apertura 2011-entre la quinta y la octava fecha-, cuando llegaron a campeonar con una luz de ventaja impresionante sobre su más inmediato perseguidor.

SIN OXIGENO

Ni que hablar del sufrido Independiente. Lejos de encontrar en el debut del “Tolo” Gallego el oxígeno que lo pusiera en carrera -lleva doce fechas sin ganar y está a dos partidos de la racha más adversa de su historia-, sigue último sin compañías en la tabla que da miedo, la de los descensos. Frente a la imperiosa necesidad de tener que reunir 57 unidades para seguir en el círculo superior, la inyección anímica del verborrágico DT se diluyó rápidamente a punto tal que el equipo mantuvo el mismo rumbo errático que dejó a Cristian Díaz sin trabajo.

Por si faltan más números negativos para marcar la gravedad de la situación, basta agregar que de las últimas 36 unidades que disputaron los de Avellaneda sólo lograron cinco.

Por el lado de San Lorenzo nada ha cambiado salvo la rutilante consagración de Marcelo Tinelli en las urnas. Mientras el popular conductor televisivo deberá afrontar un desafío de enorme envergadura en lo institucional y deportivo, en el juego todo sigue mal. De la mano de Caruso Lombardi los azulgranas alargaron la brecha de la deuda que mantienen con su público, siguen sumando de a uno y se mantienen en la zona crítica.

A esta carencia de identidad que está golpeando duro a los veinte participantes del campeonato también debe sumarse River. En su visita a Santa Fe se conformó con empatar y amargarle la fiesta a Colón dejando más dudas que certezas. Los de Almeyda también vienen aportando lo suyo al desconcierto general y pese a ser uno de los candidatos a pelear por la vuelta olímpica los desencuentros le vienen ganando el partido al juego asociado en todas las líneas.

JUICIOS DEFINITIVOS

Falta mucho todavía para abrir juicios definitivos. El campeonato recién está amaneciendo y es de esperar que los partidos por venir nos hagan olvidar la precariedad actual. Por ahora, la regularidad de Arsenal - el campeón al que tampoco le sobra nada-, y de Colón -pese al tropezón final ante River-, alcanza para considerarlos potenciales candidatos a pelearle a Boca. Mientras tanto, los directores técnicos siguen jugando su propio partido, el de las declaraciones y las polémicas -con Caruso y Falcioni como estrellas principales de ese juego-, la confusión nos domina y el fútbol brilla por su ausencia. Las análisis de cada encuentro, en tanto, siguen marcando un rojo preocupante.