Los platenses pagan una factura extra al año por mal uso de la electricidad

Hace diez años, en la casa de Rubén Pérez había un televisor. Hoy tiene tres. Las computadoras de la casa están siempre encendidas y cuando los integrantes de la familia regresan de sus actividades ponen a cargar sus celulares y los cargadores quedan conectados toda la noche. “Tratamos de controlar un poco el gasto de electricidad, pero tengo dos nenas y cuesta un montón, porque cuando no están con la televisión están con la computadora”, dice Rubén, que sabe que en el invierno la factura de este servicio es más importante que en otros momentos del año por el costo de climatizar la casa.

Cristian y Andrea tienen dos hijos de 17 y 14 años y también reconocen que el equipamento tecnológico del hogar se incrementó en los últimos años. Donde había un televisor hoy hay tres, antes había una sola computadora de escritorio y hoy cada integrante de la familia cuenta con una propia. Ahorrar se hace difícil, reconocen. Lo intentan utilizando lámparas de bajo consumo.

Estos casos ilustran una situación que se registra en la mayoría de los hogares platenses: la fuerte incorporación de nuevas tecnologías al hogar. Uno de los factores considerados clave para entender el aumento registrado en el consumo de energía promedio de los hogares que se produjo en la Región en la última década.

Según los datos manejados por Edelap, entre 2003 y 2014 cada familia platense incrementó su consumo de electricidad en un 32%.

Ese consumo promedio registró en el mismo lapso aumentos interanuales de hasta el 10% por motivos estacionales en zonas puntuales del centro de la Ciudad.

Al mismo tiempo, el crecimiento de la ciudad hacia zonas que no cuentan con redes de agua y gas motivó la aparición de barrios enteros que son considerados consumidores intensivos de electricidad, donde se reemplaza el uso del gas para calefaccionar, cocinar, tener agua caliente y además se usa la electricidad para bombear agua desde las napas.

Pero a la par de ese fenómeno se registra otro, que motiva una advertencia de los especialistas: esa incorporación masiva de nuevos elementos tecnológicos no viene acompañada por un uso racional de la energía.

Así, desde la platense Fundación Biósfera se estima que cada familia platense paga el equivalente a una factura anual extra por consumos innecesarios. Entre ellos, y fundamentalmente, por electrodomésticos que quedan en “stand by” y siguen gastando cuando no son usados (la típica lucecita roja encendida en los aparatos en el momento en que están en resposo es ilustrativa de esta modalidad). Y también por la falta de mantenimiento de artefactos que, sobreexigidos, terminan gastando mucho más de lo que deberían.

Este gasto excesivo de energía tiene, además su impacto global en el clima: es una tendencia que se registra a nivel internacional a partir del mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de grandes porciones de población y del aumento demográfico.

Los ecologistas creen que, lejos de revertirse, esta situación va a profundizarse en los próximos años, motivando una mayor generación de energía. La generación de energía para sostener estos gastos innecesarios de electricidad se relaciona con un 2% de emisiones de gases de efecto invernadero, vinculadas al calentamiento global (ver aparte)

ENERGIA VAMPIRO

Desde la Fundación Biósfera se habla de “energías vampiro” para describir a todos aquellos consumos eléctricos que podrían evitarse y que, sin embargo, pasan a engrosar la factura de la mayoría de los hogares platenses básicamente, por cuestiones culturales.

“No tenemos incorporado el concepto de eficacia energética y consumimos energía que no utilizamos. En la Fundación analizamos los consumos hogareños y llegamos a la conclusión de que si controláramos todos los elementos de la casa para evitar este gasto innecesario, ahorraríamos alrededor del 18% de cada factura. Esto equivale a decir una factura por año. Por consiguiente, hoy en día cada familia platense está gastando una factura extra por año por usar mal la electricidad”, dice Pedro Ruellan , integrante del Departamento de Energía de esa ONG.

Ruellán dice que la aplicación de un conjunto de normas permitirían reducir los consumos vampiro y ahorrar el equivalente a una factura de luz por año.

En el caso de televisores, equipos de audio y hornos de microondas, “tienen en común la falta de una tecla de apagado total, por lo que cuando no son utilizados quedan con el circuito primario encendido (stand by), lo que se indica mediante una lucecita roja. Si bien ese consumo de energía inútil es muy bajo, la suma del consumo inútil de todos los aparatos de la casa hace que tenga una fuerte incidencia sobre nuestra boleta de electricidad” (ver gráfico).

Como alternativas para resolver este problema, los especialistas de biósfera proponen “colocar un interruptor tipo perilla de velador en el cable de alimentación o, si el aparato posee garantía, una llave de un punto exterior en el mueble donde está apoyado. No es aconsejable enchufarlo cada vez que se lo vaya a usar, ya que eso trae aparejado, en la mayoría de los casos, la rotura del cable debido a los reiterados tirones al desenchufarlo y acortamos la vida útil del equipo”.

Ruellán destaca que muchos electrodomésticos, como heladeras o equipos de aire acondicionado se compran sin considerar el lugar donde se van a utilizar, con lo cual se corre el riesgo de gastar más electricidad de la necesaria.

“Las heladeras nunca deben ponerse en huecos, porque si bien queda estético, técnicamente se impide que el calor expulsado por la parrilla trasera, extraído del interior del aparato, se disipe rápidamente; esto hace que el equipo se sobrecargue y funcione más de lo correcto. Además se recomienda controlar el termostato de la heladera para que trabaje según la temperatura ambiente y ocuparse de su mantenimiento, el estado de su cierre hermético y el burlete de la puerta.

En el caso de los equipos de aire acondicionado se recomienda evaluar cuál se necesita para cada ambiente a climatizar, respetar la altura correcta de instalación para asegurar una correcta distribución de aire y ocuparse de la limpieza periódica de los filtros, ya que un filtro sucio impide que el termostato actúe correctamente y así consume más energía.

También desde la empresa de Edelap se destacan algunas normas para evitar consumos innecesarios. Entre ellas utilizar el lavarropas cuando alcance la cantidad de prendas mínima recomendada por el fabricante, regular los equipos de aire acondicionado frío calor en 24 grados en verano y 22 en invierno o utilizar lámparas de bajo consumo.

Según se indicaron fuentes de la empresa, el incremento promedio del consumo desde 2003 (que considerando, ademas del residencial al comercial y al industrial, alcanzó el 45%) determinó una serie de inversiones destinadas a acompañar la demanda creciente de electricidad que en 2012 alcanzaron a los 100 millones de pesos y en 2013 a los 148 millones de pesos.

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