Carrió intenta bajarle el tono a la polémica desatada en UNEN

La diputada nacional por la Coalición Cívica-UNEN Elisa Carrió advirtió que a ella no la "manda nadie y menos un hombre", tras el desplante en un acto público a su aliado Fernando "Pino" Solanas, aunque buscó minimizar el episodio y pidió "no darle tanta entidad".

Está "todo bárbaro, no hay que darle tanta entidad. Yo me fui nomás (del evento), pero me fui a comer pizza, no estaba enojada. Yo soy auténtica y la actitud de levantarme en silencio e irme fue respetuosa", manifestó.

El lunes a la noche, durante un acto de lanzamiento de los precandidatos porteños del frente UNEN, Carrió se molestó con el discurso de Solanas y abandonó el Palacio Rodríguez Peña, en capital federal, con el gesto adusto.

"Yo pedí durante la campaña el voto de muchísima gente que no piensa como Pino. Buena gente de centro, de derecha. Y mucha de esa gente lo votó. Yo me debo a mi electorado. La buena gente está en la izquierda y en la derecha y por respeto a esa gente yo sentí que tenía que irme", explicó.

En su mensaje, Solanas había dicho que en el espacio no había lugar "para la derecha moderna".

En declaraciones a la prensa, Carrió fue consultada sobre cómo seguía el frente UNEN y, respecto de su actitud, bromeó: "Mirá, se lo hice a mis maridos, no se lo voy a hacer a mis novios... habría reconciliación, pero no creo que él quiera".

"A mí no me manda nadie y menos un hombre. Esto es una estrategia. Cuando vos te hacés la enojada con tu novio, en realidad no estás enojada, es una estrategia. Hay gestos que hablan por mil palabras y fue eso. Un gesto político, claro y contundente", expresó.

Cuando se le preguntó si la relación con Solanas estaba rota, contestó: "Mirá, al árbol muchas veces hay que podarlo para que dé frutos".

"Nunca me voy a arrepentir de haber apoyado a Pino. Pero también pienso que hay mucha gente buena en otros lugares", abundó