Divide aguas en la Universidad una reforma sobre concursos docentes

Polémica por el cambio del concurso para la permanencia en el cargo por una evaluación periódica

La entrada en vigencia del convenio colectivo de trabajo de los docentes universitarios divide aguas en la UNLP.

El convenio aprobado por el Ejecutivo nacional establece la figura de la carrera docente, y si bien mantiene el concurso público y abierto de antecedentes y oposición para el ingreso a la carrera y para la promoción (ascenso), reemplaza esa instancia para la permanencia en un cargo al sustituirla por una evaluación periódica individual. Recién en el caso de que un docente acumule dos evaluaciones negativas, consecutivas o alternadas, su cargo se cubrirá por concurso abierto.

Antes de ingresar en el terreno de la polémica, cabe aclarar que, desde siempre, una vez que un docente accedía por concurso a un cargo debía volver a concursar ante todos los que se presentaran luego de un período de tiempo. En la UNLP era de 7 años hasta el 2008, y a partir de allí -reforma del estatuto mediante- se amplió a 8. Sólo una decisión del consejo directivo podía prorrogar ese período a 16 años.

Con el convenio colectivo, los gremios docentes lograron un cambio en el sistema de evaluación -individual y cada 4 años- que les garantizaría una mayor estabilidad laboral.

Algunos opinan que ello va en detrimento de la excelencia académica, mientras que otros opinan que una evaluación cada 4 años obligará a los docentes a esmerarse más.

La bancada estudiantil de Franja Morada de Derecho, el consejero graduado y un grupo de consejeros docentes realizarán una presentación durante la sesión de consejo directivo a realizarse hoy pidiendo directamente al rector de la UNLP que “denuncie” el convenio y que “haga reserva” del capítulo correspondiente al “ingreso, promoción y egreso de la docencia universitaria (...) por resultar contrario a la letra expresa del estatuto universitario”.

“Retroceso de cien años”

En la facultad de calle 48, estudiantes, profesores y autoridades entienden que el convenio va contra el espíritu de la Reforma de 1918. “Es un retroceso a una universidad prereformista; se ven vulnerados principios conquistados hace más de 100 años, como la autonomía universitaria y el cogobierno en los órganos de decisión. Este convenio colectivo no sólo busca eliminar la participación del jurado estudiantil, hablando de una evaluación entre pares, sino que bajo la excusa de una falsa estabilidad docente atenta directamente contra la excelencia académica y científica”, dijo a este diario el consejero estudiantil Bernardo Weber.

En el mismo sentido se expresó el consejo directivo de Arquitectura -con abstención de los consejeros estudiantiles del Partido Obrero- y el decanato de Económicas.

Desde el Observatorio y Bellas Artes ven con buenos ojos el cambio, y hacen hincapié en la importancia de que los docentes puedan dedicarse tiempo completo a su tarea específica, a la vez que opinan que el examen cada 4 años los forzará a superarse en forma permanente.

El decano de Derecho, Vicente Atela, también rescata “las evaluaciones periódicas porque permiten hacer un seguimiento de la idoneidad del docente sin esperar 8 años a que se le venza el concurso”. Pero opina que esas evaluaciones “no pueden suprimir la validación del cargo mediante un concurso de oposición y antecedentes público y abierto como la garantía que debe dar la institución universitaria de que en sus aulas estén los mejores docentes y científicos”.

El titular del gremio docente de la UNLP (Adulp), Octavio Miloni, recordó que el sistema de carrera docente ya está implementado en una veintena de universidades nacionales, y resaltó que el convenio colectivo “regula la actividad docente en todo el país y establece como uno de sus objetivos lograr el reconocimiento efectivo de los derechos y obligaciones laborales en aras del mejoramiento de la calidad de la enseñanza, la inclusión educativa, la investigación, la extensión, la vinculación, la transferencia de conocimientos, el voluntariado universitario, el compromiso social universitario y toda otra actividad considerada sustantiva por los estatutos de las instituciones universitarias. Esta definición pone a la lucha de los docentes en un plano de importancia fundamental no sólo en cuanto a las condiciones laborales, sino al rol social que la Universidad debe asumir”.

En cambio, el consejo directivo de Arquitectura sostiene “los concursos públicos y abiertos de oposición y antecedentes como único mecanismo de acceso y permanencia a la docencia universitaria en cualquiera de sus categorías”. Y pide al consejo superior de la UNLP que “haga las reservas correspondientes del capítulo III (del convenio colectivo, que es el que contiene las modificaciones que generan más polémica) hasta tanto se discuta la viabilidad del mismo en el marco del estatuto de la UNLP”.

Tiempo completo

Para Alicia Cruzado, decana del Observatorio, “el argumento esgrimido históricamente por gran parte de la comunidad universitaria para oponerse a la firma de un convenio colectivo y a la carrera docente fue que la estabilidad laboral colisiona con la excelencia académica, cuando en realidad la competencia permanente para que “gane el mejor” no sólo no garantiza de ninguna manera la excelencia académica sino que dificulta la organización de las unidades académicas según políticas públicas previamente definidas”.

El secretario Académico de Bellas Artes, Santiago Romé, apuntó que “la estabilidad laboral docente es una cuestión cada vez más sensible para muchos colegas a raíz de que en los últimos años ha crecido significativamente la matrícula estudiantil y el presupuesto universitario, incrementado la cantidad de profesionales que se dedican por completo a la docencia e investigación”.

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