Gimnasia fue todo voluntad y Estudiantes mucha pasividad

El miedo a perder les hizo protagonizar un partido de vuelo bajo

Por ANIBAL GUIDI
ANALISIS

El clásico platense Nº 156 del profesionalismo terminó en tablas (0-0). Y no estuvo mal a despecho que Gimnasia fue un poco más y un indicativo de ello es que Andújar, el arquero albirrojo, terminó siendo la figura de su equipo.

Estudiantes, que también dispuso de algunas chances para anotar, aunque fueron pocas, no tuvo una buena noche, dio la impresión que el partido le quedó incómodo y nunca le encontró la vuelta.

Por allí anduvo dando vueltas un arbitraje, el del quilmeño Diego Abal que evitó entrar en complicaciones y que, con sus fallos, dejó más dudas que certezas ya que hubo jugadas en las dos áreas que tuvieron olor a penal, pero prefirió pasarlas por alto.

Y en cuanto al resultado, a ninguno de los dos lo benefició. Porque el Lobo, que ahora suma nueve fechas sin festejar en un clásico, dejó escapar esta chance en su propia cancha, y quedó a seis puntos de los líderes de la Zona 1. Y el Pincha, que arrancó jugando anoche conociendo la victoria de Lanús sobre Banfield, quedó a cinco puntos de los granates -puntero de la Zona 2- cuando restan jugarse las últimas cuatro fechas.

El partido resultó de vuelo bajo, con escasas emociones, con muchas infracciones y, por lógica, excesivos pitazos de Abal. Como muestra de lo expuesto cabe remarcar que en el primer tiempo la pelota estuvo en juego solamente 18 de los 45 minutos. Y otro tanto se dio en la etapa complementaria.

El local arrancó mejor predispuesto. Estuvo bien parado en el medio y cargó con la responsabilidad del protagonismo, y Estudiantes, ciertamente sorprendido, estuvo muy retenido y a la expectativa, y evidenciando muchos problemas para generar juego, tan opacados estuvieron anoche su capitán, Gastón Fernández y Augusto Solari.

Y en la monotonía de un partido chato, sin cambio de ritmo ni sorpresas, fue un poquito superior Gimnasia. Al menos fue quien tomó la manija aunque no supo qué hacer cuando se acercaba al área que defendía Mariano Andújar.

En el primer tiempo su mejor chance fue un derechazo de Rinaudo -su jugador más valioso- desde afuera del área que se desvió y sacó muy bien Andújar contra el palo izquierdo. ¿Y Estudiantes? Nada. Casi que ni probó hacia el arco de Bologna.

El buen trabajo de Rinaudo en el medio, cortando y jugando, con un Brum resuelto por la derecha y con Meza activo en función de enganche, marcaron la diferencia que existió entre uno y otro equipo en la primera etapa.

Recién en el segundo tiempo se animó un poco más Estudiantes, aprovechando un cierto cansancio y desacople de los volantes mens sana.

Y contó con una situación inmejorable en una trepada de Augusto Solari por derecha. El ex River sacó un centro con rosca al corazón del área y Viatri, que llegó con lo justo, la tiró por arriba.

Con el correr de los minutos a los dos les ganó cierto temor a quedarse con las manos vacías y prefirieron no arriesgar en demasía.

Un cabezazo de Rasic (relevó a Niell) que se fue cerca fue la última esperanza de Gimnasia en el partido.

Y los dos, al final, se quedaron con las manos vacías. Con un empate que los castiga más de lo que los premia. El Lobo queda a seis de los punteros de la Zona 1, San Lorenzo y Godoy Cruz; el Pincha le pierde terreno a Lanús, líder de la Zona 2, que le sacó cinco puntos.

Lo concreto es que se esperaba algo más de este clásico que, ciertamente, a la luz de lo ocurrido hace un mes atrás, presagiaba un choque de ida y vuelta, con mucho empuje y vibración.

Pero nada de eso ocurrió. Los dos técnicos priorizaron la táctica y, a esta, le faltó la inspiración individual como para romper el esquema que proponía el adversario.

Gimnasia, con un 4-3-1-2, tuvo una mayor tenencia de la pelota, pero careció de profundidad en ataque, al igual que Estudiantes que, con un 4-2-3-1, mostró una actitud más pasiva.

Lo que más preocupa es que ninguno soltó amarras como para intentar algo más. Tal vez fue Gimnasia quien tomó más riesgos pero no tuvo peso en el área albirroja.

Pero cuando la fatiga ganó a alguno de sus jugadores esa actitud se fue eclipsando de a poco. El ingreso de Noble fue importante para ir por el quiebre, pero ya no encontró con quién dialogar.

Lo de Estudiantes llamó la atención. Le faltó ese fuego sagrado que saca a relucir en circunstancias determinantes. Estuvo retenido, preocupado y ocupado. Arriesgó poco y los cambios que ensayó su entrenador apuntaron a asegurarse el punto que, por supuesto, no le sirvió de mucho. Pasó el clásico 156 y los dos quedaron en deuda.

Anibal Guidi
Augusto Solari
Diego Abal
Gastón Fernández
Gimnasia
Godoy Cruz
Lobo
locuratripera
Mariano Andújar
San Lorenzo

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