Terapias a caballo y yoga con gatos: más animales trabajan para mejorar la salud
| 12 de Junio de 2016 | 23:52

Perros que contribuyen a mejorar la calidad de vida de pacientes con Alzheimer en fase terminal, otros que ayudan a mejorar la autoestima de chicos que atravesaron una situación traumática, como la violencia familiar, caballos que mejoran la comunicación de niños con problemas mentales y gatos utilizados en las sesiones de yoga para multiplicar los beneficios obtenidos de la disciplina. Cada vez son más la propuestas que recurren a diferentes animales para ayudar a personas que sufren distintos tipos de trastornos. La tendencia se da a nivel mundial, pero también se nota en La Plata, donde a la equinoterapia y al aporte de los perros lazarillos se van sumando otras iniciativas. La más novedosa: sumar perros a la vida de pacientes afectados por distintas formas de demencia senil, una idea que comenzará a implementarse en la ciudad próximamente.
Tanto desde el Colegio de Veterinarios de La Plata como desde la facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP se reconoce que se trata de una tendencia creciente en el mudo, que también comienza a expandirse en la Región. Se habla de evidencia científica que pone de manifiesto los beneficios que reporta la compañía animal para distintas terapias y se destaca el trabajo y la preparación que demanda poner a punto un animal apto para brindar este tipo de servicio.
Desde la Asociación Catalana de Zooterapia, una entidad fundada en 2009 con el fin de difundir los beneficios de las Terapias Asistidas con Animales se destaca que está demostrado científicamente que estas propuestas son muy positivas para el ser humano, tanto física como psicológicamente.
Este tipo de iniciativas, que comenzaron aplicándose en el campo de la geriatría y en el de la discapacidad intelectual, se extendió en los últimos años a otros usos, como la violencia de género, las personas en riesgo de exclusión social o el fracaso escolar.
Uno de los beneficios que mencionan es el de la empatía: dicen los especialistas que, sobre todo en los chicos, es más fácil sentir empatía por un animal que por otro ser humano, debido a que es más fácil determinar los sentimientos de un animal a través de la comunicación gestual que los de una persona.
Otra de las ventajas que mencionan tiene que ver conque los animales pueden ayudar a las personas que sufren una enfermedad o discapacidad, que tienen baja autoestima o atraviesan una depresión, a cambiar el enfoque de su ambiente, logrando que piensen y hablen de los animales en lugar de hacerlo permanentemente sobre sus problemas.
También afirman que está comprobado que las personas se relacionan mejor en presencia de un animal, se muestran más alegres, más sociables con los demás y eso disminuye el estrés y mejora su estado de ánimo.
Perros aptos para la tarea
Según la Fundación Tiffany, que desde hace más de 15 años hace terapia con animales en España, el perro ideal para esas tareas debe ser sociable sin ser dependiente, seguro de sí mismo, tener un nivel medio de energía, ser estable y adaptarse al movimiento en distintos tipos de superficies
Otro de los rasgos de las terapias con animales que encuentran beneficioso es que estos tienen su manera particular de aceptar a las personas, sin calificarlas y eso beneficia la sensación de sentirse aceptados.
La mascota, además, entretiene, lo que aporta un beneficio extra a los pacientes,
Los animales, en determinadas terapias pueden mejorar la relación con el tratamiento en aquellos que se resistían inicialmente a realizarlo. En ocasiones pueden convertirse en una suerte de canal de comunicación entre el paciente y el terapeuta.
En el caso de personas que tienen problemas para relacionarse con otros, los animales ofrecen un tipo de vínculo que puede hacerlos sentir menos aislados.
Por otra parte, los expertos dicen que el trato con las mascotas relaja a las personas, reduce sus niveles de ansiedad, baja la presión arterial y fomenta la estimulación motora.
EN EXPANSION
Desde el Colegio de Veterinarios de La Plata, su presidente, Osvaldo Rinaldi, destaca que la confianza que transmite el animal al paciente es un elemento central que hace que en los últimos años se hayan expendido las terapias que utilizan animales como auxiliares.
“Hay casos en los que se utilizan mascotas como perros o gatos, pero otros en los que se recurre a otros animales, como caballos, ovejas o cabras. El animal aporta relajación, ayuda a la autoestima de algunas personas y favorece la vinculación social de otras. Claro que hablamos siempre de animales cuidadosamente preparados para la tarea que cumplen. Esta tendencia no es ninguna moda, y se basa en beneficios comprobados. Sus resultados están a la vista”, indicó el dirigente.
A tal punto llega esta situación que se recomienda a las personas que recién se jubilan o a quienes sufrieron alguna pérdida importante tener una mascota. Y está comprobado que es mejor la recuperación después de un infarto para quienes tienen mascotas.
En este contexto, se van sumando nuevas experiencias.
En España, un programa piloto recurre a perros especialmente entrenados para ayudar a niños víctimas de violencia machista. Con estos canes los pequeños controlan y gestionan sus emociones, a la vez que mejoran su autoestima tras una experiencia traumática.
La trabajadora social y técnica en terapia asistida con animales española Mar Gómez, creadora de iDogs, parte de la idea de que “los perros son catalizadores de emociones, potenciadores de la autoestima y de la comunicación efectiva, y ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas”.
Gómez dispone de varios perros con los que realizan intervenciones asistidas para personas mayores con Alzheimer, en el ámbito educativo, para tratar fobias y últimamente con menores que han sido víctimas de la violencia de género.
Según la especialista, que trabaja con chicos de entre 4 y 12 años, “el perro, desprovisto de una “comunicación irónica”, genera un clima de confianza y una motivación intrínseca que está vinculada al sentimiento que tenemos los humanos a interaccionar con ellos, a tocarlos y acariciarlos”.
Desde la entidad realizan intervenciones semanales o quincenales, de una hora de duración, acudiendo a los centros de protección y atención a las mujeres víctimas de la violencia machista y a sus hijos que se ubican en la Comunidad de Valencia, al este de España.
“La llegada del perro a los centros es espectacular y maravillosa por la novedad que supone. En cuanto lo ven, les cambia la cara”, afirma Gómez, quien explica que se persigue hacer visible la importancia de las habilidades sociales y emocionales, para las que se puede utilizar a esos canes, y gestionarlas, así como para desarrollar en ellos destrezas sociales, emocionales y éticas.
Esto, además, “predispone a los menores a trabajar de una forma lúdica con los objetivos que persigue el programa, aunque los niños no sean conscientes de ellos, y donde el eje principal es el lenguaje no verbal que se establece entre el animal y el humano”.
Trabajan con perros labradores y golden porque durante mucho tiempo han sido seleccionados para agradar y trabajar con el ser humano. “Tienen un carácter equilibrado, cariñoso, alegre, un temperamento idóneo”, indica la experta, quien agrega que un perro de asistencia precisa casi dos años de adiestramiento y cerca de un año y medio para habituarse a las terapias. “Es un proyecto a largo plazo”, afirma Gómez, también educadora infantil y entrenadora de perros asistentes.
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