Crimen en 29 y 90: el ex policía dijo que sufrió un pico de estrés

Un surmenage. Ese sería el síndrome que describió el ex policía Norberto Alfredo Espíndola (72) para tratar de justificar su accionar en un alejado sector de la Ciudad, donde, según lo acusa ahora la Justicia local, mató de un balazo a otro hombre.

Como este diario adelantó en su edición anterior, el hecho se desató el domingo a la madrugada en la esquina de las calles 29 y 90 y fue el desenlace de un incidente vial que, instantes antes, se había registrado a sólo dos cuadras de distancia.

Espíndola, de acuerdo a los voceros consultados, luego de protagonizar un choque con el vehículo que conducía la víctima, Marcos Pimentel (41), lo persiguió, le dio alcance y, tras descender de su rodado, sacó un arma y le pegó un tiro.

“No sé qué hacía en ese lugar y cómo llegue”, habrían sido las palabras utilizadas por Espíndola ante la fiscal que investiga el caso, Ana María Medina.

Los voceros consultados dijeron que, bajo el paraguas protector de ese supuesto pico de estrés, el ex policía “trató de explicar que no pudo gobernar sus actos”.

Además, siempre a decir de las mismas fuentes, el acusado “dijo que se defendió con el arma cuando se vio rodeado por un grupo de personas”, que aparentemente intentaron agredirlo.

Por el momento, continúa detenido en una causa por “homicidio agravado por el uso de arma”.

Fue en el cruce de 29 y 88, en una zona de Altos de San Lorenzo conocida como “Puente de Fierro”, por una estructura enorme que domina el horizonte, donde ocurrió el accidente de tránsito.

Sin embargo, ese choque ni siquiera terminó con alguno de los dos conductores heridos. Según los datos que proporcionó la Policía, al volante de un Renault Logan iba Marcos Pimentel (41), y en un Peugeot 504 manejaba Norberto Alfredo Espíndola. Eran aproximadamente las 3.30 del domingo.

En el barrio dijeron que el primero chocó al segundo. Pero los voceros de la DDI que investigan el caso señalaron que fue al revés. En lo que coincidieron ambas fuentes fue en que el choque provocó la ira del ex policía.

Ambos autos, siempre a decir de los testigos, circularon por la calle 29 hasta llegar a 90, donde se termina el asfalto. En esa esquina Espíndola “se le puso a la par al otro y se bajó”, contó un vecino que vive allí. Los investigadores sospechan que Pimentel también se bajó, y que ahí se desató la tragedia.