Un estudiante platense se sube al podio internacional de la Química
| 6 de Agosto de 2016 | 01:54

Alumno del Albert Thomas, futuro ingeniero, amante del fútbol y de Gimnasia, del ping pong y de salir a bailar con sus amigos. Simple. Así es Ignacio Rivera, el “trillizo” platense que el lunes recibió medalla de bronce tras participar de la final mundial de las olimpíadas de Química disputada en la República de Georgia (al sur de Rusia), donde llegó tras convertirse en 2015 en el número uno del país.
Ignacio comenta que “haber ganado medalla de bronce no me convierte en el tercero del mundo, porque le dieron oro a quienes sacaron determinado puntaje, plata a otro grupo y bronce a otro. Debo haber quedado 100 o algo así”. Lo aclara para que “no haya confusiones”. Humilde. Así es uno de los 100 mejores del mundo en Química. Nada más y nada menos.
Tuvo que competir contra representantes de 65 países. Cada uno llevaba 3 ó 4 estudiantes. Y en la delegación argentina estuvieron él, su hermano Juan Pablo, un chico de Rosario, otro de la capital federal y dos profesores de Exactas de la UBA.
Junto al compañero de la capital, trajeron dos medallas de bronce.
“Nacho” le contó a este diario que “la competencia es mucho más compleja que la final nacional. Si bien esa instancia es difícil, algo de lo que vemos en el colegio hay, pero en este caso, nada de nada”, apuntó, para indicar que por ese motivo tuvieron que entrenar duro en la facultad de Exactas de la UBA.
“Es tan específico lo que toman, que envían los temas a cada país con tiempo para que los alumnos vayamos estudiando”, contó.
Nacho y Pablo vienen brillando en la olimpíadas de Química desde hace años. En 2015, Ignacio fue medalla de oro a nivel nacional en la máxima categoría (nivel 3 entrenado), y Pablo también se colgó la dorada en la segunda (nivel 3 no entrenado).
En Tbilisi, capital de Georgia, Ignacio (18) y su hermano trillizo (tienen una hermana, Ana Paula) llegaron junto al alumno rosarino y el porteño el 23 de julio.
“Nos hospedaron, igual que al resto, en edificios separados del de los profesores, a quienes no pudimos ver en ningún momento, porque como ellos tenían que traducirnos los exámenes, que están en inglés, de ese modo evitaban que nos ayudaran”, explicó.
Luego relató que “al cuarto día tuvimos la prueba práctica, que duró 5 horas en un laboratorio. Y dos días después, la teórica, que también se extendió por 5 horas”.
oriente y europa del este
Tras rescatar como “muy valiosa” la experiencia de conocer e interactuar con jóvenes de los países más disímiles del mundo, Ignacio no dudó a la hora de responder qué alumnos se distinguieron más en la olimpíada internacional, en su 48º edición: “Los orientales y los de Europa del este, por lejos”, subrayó el estudiante platense.
Incluso contó que “la delegación de Estados Unidos estaba íntegramente formada por chicos y chicas con nacionalidad estadounidense pero descendientes de orientales, como China, Corea y la mayoría de los asiáticos”.
¿Y cómo es Georgia? “Es un país muy rico culturalmente, que pese a haber estado en la Unión Soviética conserva con mucha fuerza su propia cultura, su alfabeto, sus bailes, su música”, señaló.
“Son muy respetuosos y muy educados. Por ejemplo, los hombres no insultan delante de las mujeres”, destacó, para agregar que “físicamente son similares a los rusos”.
“Tienen muchísimas montañas con bosques, castillos, paisajes increíbles. Mientras que la capital es una mezcla de edificios antiguos y modernos, y recuerda mucho a lo que uno ha visto de Rusia”, describió.
Hijos de un ingeniero electricista y una odontóloga, los “trillizos” Rivera coinciden en que “esto no se trata de ser un bocho, sino de estudiar con mucha constancia”.
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