Atacaron una sargento de la Federal en Gutiérrez y le amputaron tres dedos
| 10 de Enero de 2017 | 02:13

Una sargento de la Policía Federal, que cumplía un servicio de horas adicionales en la Estación de Trenes de la localidad de Gutiérrez, en el partido de Berazategui, sufrió un salvaje ataque por parte de dos delincuentes, que le ocasionaron gravísimas heridas en su mano derecha, por las que, horas más tarde, debieron amputarle tres dedos.
El hecho, que trascendió ayer, ocurrió el domingo pasado y motivó el traslado de la suboficial al Hospital Churruca, en capital federal, donde al cierre de esta edición continuaba internada.
Según la información oficial, el brutal episodio tuvo lugar en la terminal férrea de ese distrito bonaerense, sobre las calles 413 y 455, a unos 700 metros de la rotonda de Alpargatas, dónde la víctima, que fue identificada como Andrea Konig, fue interceptada por dos desconocidos, que habrían intentado por la fuerza ingresarla en una pequeña habitación.
Precisamente, en medio de una serie de forcejeos, una puerta se cerró y le cortó las falanges a la mujer policía.
Sobre las razones del ataque, existen dos versiones: una apuntó a un presunto intento de robo del arma reglamentaria, que Konig quiso evitar por todos los medios. Y la otra refirió a un incidente por una negativa de parte de la policía a que los agresores accedieran al sector de sanitarios, que estaría clausurado.
Varios medios locales apuntaron a que “los delincuentes la habrían ingresado a un baño, tras lo cual procedieron a intimidarla y a cortarle tres dedos de su mano derecha”.
Sin embargo, desde la propia fuerza, lo negaron rotundamente.
El parte de prensa indicó que “discutió con dos personas cerca del ingreso a un baño privado, tras la negativa del uso de ese lugar, estos cierran de manera brusca la puerta de dicho baño y, al tener la numeraria su mano derecha en el umbral de la puerta, es alcanzada por la misma, ocasionando lesiones en la primer falange de los dedos meñique, anular y mayor”.
A todo esto, los compañeros de Konig dejaron trascender que este tipo de incidentes ocurren a diario en los distintos sitios en que los deben prestar servicio, especialmente en horarios nocturnos.
Por último, la propia suboficial agradeció el apoyo y la preocupación de parte de sus amigos y colegas: “Hola chicos, gracias por la preocupación. Ya salí del quirófano, perdí tres dedos falanges de la mano derecha” (ver aparte).
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