Toledo, la ciudad imperial que invita a conocer sus tres culturas ancestrales
Edición Impresa | 12 de Noviembre de 2017 | 07:36

Por MÓNICA PÉREZ
mperez@eldia.com
A 71 kilómetros de Madrid y heredera del legado cultural de cristianos, judíos y musulmanes que la poblaron durante siglos, se encuentra Toledo. Basta con indagar un poco en sus templos y murallas; en sus laberínticos empedrados o en viviendas que parecen dormidas desde el medioevo, para descubrir que la herencia de las sus culturas aún respira en la ciudad abrazada por el río Tajo.
Toledo es Patrimonio de la Humanidad desde 1986 y una buena propuesta es recorrerla de día y, en otra oportunidad, caer bajo su encanto nocturno para caminar por sus sótanos, cuevas y galerías.
Entre los sitios de paso obligado está la plaza de Zocodover y el Alcázar, la fortificación ubicada en la parte más alta de la ciudad.
También hay que ingresar a la gótica catedral de Santa María, construcción que comenzó Fernando III en 1226 y culminaron en 1493 los Reyes Católicos. Uno de sus objetos mas impactantes es la gran custodia que se labró en plata entre los años 1517 y 1524.
En Toledo, lugar de nacimiento y residencia de artistas como Garcilaso de la Vega o el Greco, los amantes del arte tendrán la oportunidad de ingresar a la parroquia de Santo Tomé - el valor de la entrada es de 2,80 euros - y estar frente al “El entierro del conde de Orgaz”, un óleo de 4,80 x 3,60 metros, pintado por el Greco entre los años 1586 y 1588. Como guiño del artista, en la escena se descubre el retrato de su hijo y hasta el de él observando el entierro.
También hay una ciudad que late bajo su suelo y habla a través de sus sótanos, cuevas y galerías, una ruta subterránea que se realiza preferentemente por la noche.
Muchos de esos lugares fueron descubiertos casi al azar, mientras se hacían arreglos de viviendas o reparaciones en la vía pública. Es que en esa ciudad amurallada es imposible realizar una excavación sin que se encuentre algún vestigio cultural.
Es así que bajo sus calles, Toledo cuenta su historia y aunque los pasajes subterráneos no están comunicados entre sí, el visitante podrá ingresar a baños árabes, termas romanas o a la Casa del Judío. El costo de la visita guiada ronda los 15 euros por persona y demanda unas dos horas.
En el barrio de la judería está la Casa del Judío. La leyenda dice que perteneció al judío Ishaq, quien prestó dinero a la reina Isabel la Católica a cambio de sus joyas para financiar el viaje en el que se descubrió América. Se cree que su sótano fue un baño litúrgico que se utilizó para la purificación espiritual.
Durante su restauración se descubrió una pieza de madera utilizada como dintel de acceso al sótano que da la bienvenida a todos los que ingresan y tiene un trabajo de tallado que se traduce como: “Gracias Te doy, porque me has respondido”, que los religiosos asocian al salmo que dice: “aquí está la puerta de Yahveh, por ella entran los justos. 21 gracias Te doy, porque me has respondido, y has sido para mí la salvación”.
Los orígenes de esa casa se remontan a los siglos XIV - XV.
También hay vestigios arqueológicos subterráneos de fines del siglo I después de Cristo, época en la que los romanos habitaban esas tierras.
Uno es en un ambiente de unos 120 m2 que cuenta con un sistema de calefacción para templar el ambiente y el agua.
Ese sector al que llamaron “la gloria” dio origen a la expresión “estar en la gloria”, o sea al abrigo de cualquier inclemencia climática.
FRASES Y LEYENDAS
Una de las expresiones mas comunes en esa región es “pasar una noche toledana”, para aludir a un momento tenso o a situaciones imprevistas.
El origen de la frase se remonta al siglo VIII cuando gobernaba Jusuf, un joven déspota y cruel al que, luego de una rebelión, los toledanos le cortaron la cabeza.
El Califa puso en su lugar al padre de Jusuf, quien pese a lo esperado, le reconoció al pueblo las equivocaciones de su hijo y con su aparente bondad se ganó la confianza de todos.
Sin embargo, con motivo de una visita oficial, organizó una fiesta multitudinaria que no fue otra cosa que una emboscada en la que cada toledano que entraba al salón era decapitado. Ahí se le escuchó decir ““¡Hijo mío, ya puedes descansar en paz, pues ya estás vengado!”.
Otro segmento del paseo por los empedrados toledanos invita a detenerse en Pozo Amargo.
Allí se encuentra un antiguo aljibe sobre el que se tejió la leyenda del amor frustrado entre un cristiano y una judía que solían sentarse en ese lugar a escondidas de sus familias. Sin embargo, un día el padre de la joven descubrió el vínculo que no estaba dispuesto a aceptar y encargó el asesinato del enamorado que fue arrojado a ese pozo. Las lágrimas de su hija en el aljibe terminaron dándole un sabor amargo a su agua.
VISTA PANORAMICA
Toledo parece inabarcable a la vista por eso, para apreciar su mejor postal, habrá que salir de la ciudad y dirigirse al mirador de la Virgen del Valle.
En ese punto se apreciará, entre otras cosas, el fluir manso del río Tajo, el Puente de Alcántara, la catedral de Santa María y otros centenarios edificios públicos.
Todas razones para darse cuenta que Toledo, la ciudad que enamora, siempre da motivos para volver.
13 €
Es el valor del pasaje en tren desde Madrid a Toledo. Se sale desde Atocha y el trayecto no demanda mas que unos 40 minutos de viaje. También se le propone al visitante detenerse a observar la ornamentación de la Estación de Toledo.
20 €
Es lo que cuesta comer alguno de los platos típicos españoles en restaurantes de Toledo. Otra alternativa es comprar un sánguche de jamón ibérico y bebidas por la mitad de ese valor e improvisar un picnic a orillas del río Tajo o en alguna de sus plazas.
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