Volver al futuro IV

El Pincha apostó a la experiencia de los campeones de América: Verón, Desábato, Braña y Andújar

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Por Martin Cabrera Comentario

Atlético Nacional de Medellín mostró más jerarquía y técnica para manejar la pelota. Estudiantes fue puro corazón y experiencia. Eso le alcanzó para ganar 1-0, con algo de sufrimiento, por ese gol de Javier Toledo en el primer tiempo, y todavía se mantiene vivo en el Grupo 1 de la Copa Libertadores, a la espera de la segunda ronda.

Es complicado saberlo, pero difícilmente el Pincha hubiese ganado si no tenía dentro del campo a los cuatro campeones de la Copa que están en el actual plantel, Juan Sebastián Verón, Mariano Andújar, Rodrigo Braña y Leandro Desábato. Cada uno, a su manera, aportó lo necesario para que la experiencia le gane a la jerarquía y para que la pureza futbolística no pudiese más que el corazón, algo que el ganador tuvo -de sobra- durante los 90 minutos.

Estudiantes se regaló un importante triunfo, que lo vuelve a poner en carrera en el Grupo 1 de la Copa. Ahora deberá buscar algo en su visita a Medellín, ciudad en la que hará su cuarta presentación

No fue una maravilla y para más de un neutral el empate pudo sentarle mejor al partido. Pero Estudiantes no merecía irse con las manos vacías después de correr, meter y sacarle provecho a sus oportunidades, que no fueron muchas, pero le alcanzaron para sumar sus primeros tres puntos en la presente edición de la Copa Libertadores.

En el primer tiempo el equipo de Nelson Vivas apostó a ese 4-1-4-1, con el Chapu Braña como primer receptor y con Javier Toledo como hombre de área. Tuvo la iniciativa pero le costó pasar la mitad de cancha con pelota dominada. Muchas imprecisiones en el traslado del balón y poca explosión en las bandas.

Del otro lado, la visita empezó a mostrarse como picante en el rápido toque de la pelota y en su velocidad. Tuvo dos chances claras de gol en los primeros minutos, a los 8 y a los 13 minutos, ambas por el sector derecho de su ataque y terminándolas con remates desviados. La segunda fue, de hecho, la vez en la que más cerca estuvo en todo el partido, pero Dairo Moreno remató a centímetros del palo.

Estudiantes fue tratando de encontrase dentro de la cancha, con Verón mostrando cositas de su mejor versión y con Braña corriendo por el medio como un joven de 20 años. Los dos ya empezaban a convertirse en figuras. Lo fueron, luego, por escándalo.

A los 15 minutos la Brujita armó una jugada colectiva por derecha que acabó con un remate débil de Facundo Sánchez. Más tarde se animó a probar él mismo desde afuera del área y en el final del primer tiempo pidió la pelota en un tiro libre que terminó en gol. Le pegó fuerte al palo izquierdo de Franco Armani, que dio rebote. Allí estaba Sánchez, que apuntó al primer palo y el arquero la controló a medias... hasta por el centro del arco apareció Javier Toledo para empujar la pelota con su pecho. Gol y desahogo del equipo luego de su mal paso en la primera fecha.

LO AGUANTO CON ALGO DE SUFRIMIENTO

El gol le permitió a Estudiantes empezar a controlar y manejar el partido. Atlético Nacional tuvo que asumir otros riesgos, luego de dejar evidenciado que el empate era un negocio que firmaba antes de tomarse el vuelo hacia la Argentina. Entonces se empezaron a notar dos cosas en la visita: que dejaba espacios, sobre todo en las bandas, y que más allá de la bonita tenencia no lograba lastimar a la defensa albirroja.

Sólo dos veces estuvo cerca del empate: al minuto y en tiempo de descuento. Las dos veces casi anota Jhon Mosquera, entrando al área por el sector que marcaba Facundo Sánchez. Las dos veces la pelota pasó junto al palo izquierdo de Mariano Andújar. La segunda vez, la del final, se paralizaron los corazones de los casi 30 mil hinchas presentes.

Entre las dos jugadas fue Estudiantes el dueño del partido, con la voluntad de Rodrigo Braña, quien ya había mostrado su peso en el mediocampo los minutos que le tocó jugar en Rosario. Además crecieron los pibes Bautista Cascini y Lucas Rodríguez. Sólo le faltó la puntada final para sellar un resultado que estuvo abierto hasta que el uruguayo Andrés Cunha pitó el final.

Los méritos para ganarle al último campeón de la Libertadores estuvieron en esa batalla ganada en el mediocampo y al acierto del técnico de pedirles a sus defensores que no se metieran atrás, sino que buscaran cortar el juego lejos de su área. Sólo le faltó poder animarse y ser más contundente en el área de enfrente.

Pero ganó y era lo que necesitaba. Estudiantes se regaló un importante triunfo, que lo vuelve a poner en carrera en la Copa. Ahora deberá buscar algo en su visita a Medellín, apostar por un Barcelona ganador (de ser posible, que se clasifique antes de visitarlo en Guayaquil) y tratar de cerrar el grupo como local de Botafogo. Todavía hay luz en el final del camino.

 

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