Vuelven de Qatar gracias al presidente del PSG

Valeria Marsili y las hijas del chef argentino Gabriel Agüero, que habían quedado varadas desde principios de julio en Qatar por el embargo que le impusieron a ese Estado sus países vecinos, ya llegaron a Buenos Aires, confirmó ayer el hombre y agregó que fue el presidente del equipo de fútbol París Saint-Germain (PSG), Nasser Al-Khelaifi, quien les pagó los pasajes.

Agüero, que desde hace un año trabaja en el restaurante “Caminito”, ubicado en el quinto piso del lujoso hotel Zubarah en Doha y había hecho varias gestiones para que su familia pudiera regresar al país, resolvió el problema gracias a Marcelo Simonian, hijo del presidente de una empresa de marketing y gerenciamiento deportivo y representante, además, de los futbolistas Javier Pastore, Éver Banega y Sebastián Driussi.

“Simplemente me llamó mi hijo, me contó la historia, hablé con Nasser y él lo resolvió”, dijo Simonian.

Pastore juega en el PSG, equipo que fue noticia la semana pasada por la compra de brasileño Neymar, por el que Al-Khelaifi, un magnate con fuertes vínculos con el gobierno qatarí, desembolsó la suma de 222 millones de euros.

“Nasser ordenó directamente que nos regalaran los pasajes, por lo que mi familia llegó perfecto a las 21.30 del miércoles a la Argentina”, afirmó Agüero, quien hasta ese momento luchaba para conseguir descuentos en vuelos de regreso a Buenos Aires para su mujer y sus tres hijas, las mellizas Bernardita y Renata (13) y Emilia (9).

Las cuatro habían viajado en enero a Qatar con un pasaje de Emirates con regreso abierto, pero cuando a principios de julio quisieron confirmar una fecha de regreso, la aerolínea les indicó que sus pasajes estaban cancelados y no podían reasignárselos a otra línea aérea debido al bloqueo.

El 5 de junio Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Arabia Saudita y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Qatar, al que acusan de “dar apoyo financiero a grupos islámicos en otros países de la región”, especialmente a los “Hermanos Musulmanes”, considerados “terroristas” por los países del Golfo, y le impusieron un bloqueo “por aire, mar y tierra”. De no haber resuelto la situación antes del 24 de septiembre, fecha en que caducarían las visas de permanencia, el cocinero hubiera enfrentado severas multas económicas y hasta podría haber terminado en prisión.