Las pistas que dejó el biólogo, el único imputado en el crimen del fotógrafo

El dr. Marcelo Romero, quien se desempeñó como fiscal de instrucción del caso del fotógrafo asesinado en 37 entre 3 y 4 el 10 de junio de 2014, contó cómo se fueron elaborando las distintas hipótesis sobre el crimen y reveló cuáles fueron las pistas que lo acercaron al biólogo Hugo Castillo, sindicado como el autor de los disparos que le dieron muerte a Alfredo Galeano.

El 22 de agosto de 2010, casi un mes después de que tuviera lugar el violento hecho en la zona de La Loma, el biólogo, que desde el miércoles enfrenta un juicio oral en el Tribunal en lo Criminal Nº6 de La Plata, fue detenido acusado de dispararle por la espalda dos veces a Galeano en un plan de venganza por celos. 

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Pero, antes de que se procediera a esta captura, durante los casi 40 días que habían transcurrido habían surgido toda una serie de esquemas que le intentaban dar explicación al asesinato, pero ninguna contaba con la solidez necesaria de pruebas que pudieran darle curso a una línea de investigación concreta. 

Finalmente, tras varias semanas de análisis, se llegó a la hipótesis más sólida que tenía como basamento una serie de pistas que había dejado el biólogo y una serie de estudios de trazado de posición mediante telefonía celular. 

Así lo recuerda el fiscal Marcelo Romero que tuvo a su cargo la instrucción y que actualmente se desempeña como fiscal de juicio en el mismo caso. 

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Como explicó el funcionario en JUSTICIA EN PRIMERA PERSONA , Galeano (38), que se desempeñaba como fotógrafo profesional cubriendo reuniones y fiestas privadas, fue asesinado cuando llegaba a su casa. Según recordó Romero, el mismo día del hecho por las investigaciones lo primero que se descartó fue el robo como móvil, ya que la víctima tenía la billetera con dinero y su teléfono celular. También se desechó la posibilidad de que se tratara de un suicidio.

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A partir de ese momento, comenzó una difícil tarea de investigación ya que no se contaba con testigos ni con los casquillos de los proyectiles que se habían disparado. Después de recorrer varias hipótesis Romero recuerda que recibió un llamado telefónico que le permitió comenzar a atar cabos y llegar al biólogo Castillo. 

Tras un minucioso estudio en base a las antenas telefónicas que permitían establecer el recorrido que había hecho la noche del crimen, una rigurosa investigación de las prácticas de "inteligencia" que Castillo hacía en los sms y el Facebook de su ex mujer con el fin de determinar si lo engañaba, se pudo dar con el hombre que hoy está en banquillo de los acusados. 

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Pero como explica Romero, lo que más llamó la atención en el caso fue un comentario al voleo que hizo el hombre en una reunión a la que había asistido algunos meses antes del asesinato. En esa charla con desconocidos, Castillo dio indicios sobre cuál iba a ser su reacción frente a una infidelidad y alertaba a las personas de aquella reunión que si se enteraban de un fotógrafo muerto en La Plata, él iba a ser el responsable. 

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