El Lobo y un receso de cambios antes de volver al ruedo

Gimnasia retoma la competencia este jueves frente a Rocamora como visitante, con la principal variante en la banca, ya que César Adriani dejó de ser el entrenador y su lugar lo ocupó Héctor “Tito” Santini.

El receso del verano no fue uno más para el plantel profesional de Gimnasia, que el jueves se presentará en Concepción del Uruguay para enfrentar a Tomás de Rocamora en la continuidad de su participación en la Liga Argentina de Básquet. Es que César Adriani renunció a la dirección técnica del equipo por cuestiones personales y en su reemplazo llegó Héctor “Tito” Santini.

Pero los cambios no se redujeron al puesto de entrenador sino que también abarcaron a la conformación del plantel, con el corte del pívot Howard Wilkerson y el arribo del marfileño Willy Kouassi. Así el Lobo inicia un 2018 con ilusiones renovadas, expectativas altas y también con mucho trabajo por delante.

El adiós del “Conejo” Adriani significó un fuerte impacto debido a que él estuvo al frente del equipo desde que el Tripero volvió a competir a nivel nacional. Fue fundamental en el proceso de reconstrucción del básquet de la institución, consolidó una idea y promovió juveniles. Le faltó instalarse en una instancia avanzada de playoffs para coronar su proyecto.

Tras su partida Gimnasia se movió rápido y abrochó a “Tito” Santini, un técnico de extensa trayectoria a nivel nacional e internacional, para lo que resta de la temporada. Su historia en el albiazul está por escribirse, aunque en la previa se pueden distinguir aspectos a favor y otros en contra.

En un sector de la balanza está la sólida plantilla con la que cuenta, con un quinteto inicial de jerarquía y variantes en la banca, que todavía no demostró todo lo que promete pero que se puede potenciar con la presente pretemporada. Del otro lado se encuentra el poco tiempo de trabajo antes de salir a la cancha para un DT que tendrá que inculcarles sus conceptos a los jugadores durante la misma competencia.

El Lobo marcha en una expectante sexta posición en la Conferencia Sur, con 9 victorias y 7 derrotas desde que se inició el torneo. Su couta pendiente, asterisco a tener en cuenta por Santini, son los juegos de visitante, condición en la que apenas ganó una vez. En casa, no obstante, los números son casi perfectos: 8 triunfos y sólo una caída.

La expectativa es alta para un equipo que todavía no desplegó su mejor básquet y que posee individualidades de gran talento. El cambio de entrenador trae consigo ilusiones renovadas y llegó el momento de que el Mens Sana ponga sobre el rectángulo todo su potencial.

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