Mucho más que animales

El último libro de Patricia Ratto reúne trece cuentos con una sólida consigna: historias en las que hay siempre animales. Pero ese detalle es sólo un comienzo

Edición Impresa

Por MARCOS NÚÑEZ

En todos los relatos de Faunas aparecen animales: renos, vacas, casoares, perros y hasta gatos exóticos. Sin embargo, no son estos los personajes principales o el centro de las tramas; en muchos casos son una excusa y hasta pueden parecer un accesorio del relato y, no obstante, son elementos fundamentales en la formulación de las tramas. Y, también, resultan fundamentales a la hora de la construcción de las distintas subjetividades.

Así, por ejemplo, en “La mancha” conocemos a una mujer obsesionada con la aparición de una mancha (¿de aceite?) que, aunque insista en limpiar, vuelve a renacer; Elmer, su perro, ya no volverá a ser el mismo después de la mancha. En “Neko café”, un observador se baja de la bicicleta atraído por un café muy particular de la ciudad de Tokio; con la nariz pegada al vidrio mira cómo interactúan gatos exóticos y clientes sobre las mesas y los sillones del bar. “La gente que es rechazada o evitada por los animales me genera desconfianza”, dice el protagonista. En “Rara avis”, uno de los cuentos más potentes del conjunto, un joven universitario atraviesa un parque cuando cae ante sí un pichón de no sabe qué animal; gasta el poco dinero que tiene en curarlo y alimentarlo y el ave pasa a ser el centro de su vida. Vale la pena detenerse sobre este cuento que, entre otras cosas, habla del destino.

Ratto reveló que el germen de “Rara avis” nació de un hecho biográfico: una amiga le contó que pasaba la tarde en un parque cuando una bola gris cayó del cielo, el chimango que sobrevolaba no había sujetado bien su presa, la que resultó ser un pichón de paloma. La mujer lo puso a resguardo y sobrevivió en el jardín de la casa; al principio, cuando empezó a volar, volvía, luego ya no regresó. “Me resultó por demás tentadora esta anécdota. Pero, claro, una anécdota no es un cuento”, señala la escritora. Y esta máxima, por dicha para el lector, apuntala los trece relatos.

El conjunto de los cuentos de Faunas confirma el dominio de la narración de la escritora tandilense Patricia Ratto (Pequeños hombres blancos, 2006; Nudos, 2008; Trasfondo, 2012). Se destaca, sobre todo, el pulso de las historias, la cadencia con que los narradores van construyendo los relatos. Ratto dosifica la información. No se apresura ni corta camino, y todo lo que cuenta es indispensable para hacerse una cabal idea ya no de la trama sino del narrador. De una subjetividad como la del joven vegano y sus retorcidos gustos expuestos en el cuento “Tareas de limpieza”; o la del viejo Acisclo, para quien la soledad no es tanta en la medida que se tenga a mano una videocasetera, o un perro.

Pueden escribirse muchas cosas de un libro, pero nada hay como leerlo. Ya lo dice la protagonista del relato “Como si se acabara el mundo”: una cosa es lo que se ve, otra cosa es lo que es.

 

FAUNAS
de Patricia Ratto
Editorial: Ah - Adriana Hidalgo Editora
Páginas: 176
Precio: $320

 

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