La capacitación y el entrenamiento, clave contra los incendios

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La sucesión de incendios y de otro tipo de emergencias que pusieron en riesgo la vida y los bienes de muchas personas, registrados en este verano en nuestra región, dejaron nuevamente en claro la necesidad de fortalecer a las distintas estructuras preventivas que se ocupan la defensa civil, demandadas cada vez más por el crecimiento poblacional. Ello, sin perjuicio de reconocer el comportamiento eficaz y heroico que volvieron a evidenciar.

En este sentido resultan ponderables los cursos de capacitación que se están dictando en estas jornadas para la mejor formación de los bomberos voluntarios del barrio El Peligro, que se desplegó mediante un simulacro sobre incendios forestales realizado en una conocida empresa de la ruta 2. Cabe agregar que días antes habían participado del curso sobre incendios y escapes de gas en una empresa dedicada a esa actividad y radicada en Lavallol.

Corresponde aquí enfatizar en que, al margen de los recursos que deben disponer los cuerpos de bomberos y del similar respaldo que debe sustentar a la acción que desarrolla Defensa Civil, lo cierto es que en los últimos años se realizaron pruebas destinadas a evaluar y eventualmente mejorar las estructuras destinadas a enfrentar las emergencias.

Uno de esos simulacros fue en el Puerto La Plata, donde se montó un enorme operativo para probar y ajustar los mecanismos de reacción ante eventuales incendios en ese complejo. El otro fue en el Hospital de Gonnet, donde también se pusieron a prueba los sistemas de seguridad y emergencia hospitalaria.

Merece mencionarse, asimismo, el simulacro de incendio realizado 2011 en una escuela de City Bell, en el que participaron unos 300 alumnos, docentes, policías, bomberos y personal de Defensa Civil, con una evacuación que se pudo desplegar de manera ordenada y en sólo dos minutos, significó una exitosa experiencia que puso a prueba la respuesta de esa comunidad educativa ante un accidente. Con el asesoramiento de especialistas, se elaboró para el edificio escolar un mapa de riesgo y las eventuales rutas de evacuación, de modo tal que se pudieran practicar las maniobras y se evitaran, en su caso, reacciones improvisadas.

Debe señalarse que este tipo de operaciones resultan ser un valioso aporte para la seguridad pública. Son fundamentales la capacitación y el entrenamiento para actuar ante eventuales emergencias y todos los sistemas de prevención requieren una puesta a punto que sólo es posible con este tipo de preparaciones.

De lo que se trata es de reducir al mínimo los márgenes de riesgo en cualquiera de las emergencias que se produzcan -sean derrames, incendios, escapes tóxicos u otro tipo de emergencias- y contar, al mismo tiempo, con una adecuada planificación y estructura para enfrentarlas.

De allí la importancia de que se organicen los simulacros, que permiten no sólo verificar el funcionamiento de los sistemas de salvataje, sino también individualizar las debilidades y fortalezas en cada barrio, así como comprobar la eficacia de los recursos humanos ante eventuales situaciones de riesgo. Lo más auspicioso es que estos ejercicios expresan una cultura preventiva en un país en el que ese concepto brilla muchas veces por su ausencia.

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