Es necesario mayor mantenimiento en los accesos a la Ciudad

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Si bien algunos de ellos han experimentado mejorías evidentes, como ocurre con el caso del Camino General Belgrano, lo cierto es que los reclamos por el deficiente mantenimiento de las principales vías de acceso a la Ciudad se reiteran en forma permanente. Este es el caso ahora de un largo tramo de la avenida 44 que, desde la calle 131 hasta la ruta 36, exhibe un estado deplorable, en el que los conductores de vehículos se ven obligados a realizar maniobras peligrosas para evitar caer en algunos de los tantos baches, desniveles y ondulaciones que la caracterizan.

En una nota publicada en este diario se indicaron los sectores en los que se encuentran los puntos más críticos, en donde el hormigonado existente da muestras de un avanzado deterioro. Desde luego que, a los peligros que ello implica para la seguridad, se suman las frecuentes roturas mecánicas que sufren los automotores, con los trastornos y costos que ellos conllevan.

A su vez, tal como se denunció, el sistema de carriles exclusivos que se habilitaron en distintos sectores de la avenida 44 –esto es la reserva de andariveles cercanos al cordón para uso exclusivo de los ómnibus- no está siendo respetado.

Lo cierto es que la iniciativa, a pesar de que sigue vigente según se informó en la Comuna, carece de aplicación ya que los primeros en desestimarla habrían sido los comerciantes, que aseguran que la medida afecta a las ventas de sus comercios y tampoco es acatada por muchos vecinos por las incomodidades que, según alegan, les generan los carriles exclusivos. Cabe consignar que otros frentistas están de acuerdo con la reforma puesta en examen y reclaman para que se la haga respetar.

Sea como sea, la avenida 44 integra –junto a las avenidas 1, 7, 19, 25, 31, 60, 66, 72 y 122, así como la diagonal 74 y la 43 en dirección a Ensenada- el reducido y cada vez más demandado lote de las vías de ingreso y egreso de la Ciudad.

Debe subrayarse, frente al cuadro aquí descripto, la imperiosa necesidad de que se encaren los trabajos de reparación que hacen falta en la avenida 44 y que, por supuesto, se garantice un constante mantenimiento en todos los accesos. Lo que está en juego es la seguridad de miles y miles de personas que los transitan en forma permanente.

Si bien es cierto que resulta imperiosa la realización de obras camineras de envergadura en torno a la Ciudad, no cabe duda que buena parte de estas situaciones aquí mencionadas mejorarían sensiblemente si por lo menos se realizaran, en forma continuada, tareas más modestas que contribuyan a eliminar deficiencias que sólo se explican por la desidia y la desatención de los organismos competentes.

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