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Jugoso, a punto o cocido: ¿cómo prefieren la carne los argentinos?

La Fortaleza, la flamante parrilla de Camino Centenario y 513, cuenta cómo el arte de hacer un asado se ha ido complejizando en la Argentina hasta el punto de fundarse un debate por el grado de cocción de la carne 

5 de Junio de 2018 | 01:47

En la Argentina, la cultura del asado comenzó a formarse hace unos 250 años cuando los primeros gauchos recorrían las extensas llanuras de lo que hoy es la Región Pampeana. Se trata de una costumbre culinaria que se mantiene en un proceso de constante transformación y perfeccionamiento a través de los años y que cada vez ofrece mayores variantes, entre ellas las verduras y embutidos a la parilla. 

La Fortaleza, la flamante parrilla de Camino Centenario y 513, ha hecho un breve repaso sobre esta costumbre argentina que además de ser una fuente de placer para todos los sentidos también genera esos interminables debates que animan las encendidas charlas entre amigos y la familia, entre ellos aquel que se refiere al punto de cocción. 

No se sabe cuándo comenzó esta discusión. Lo que sí se conoce es que el romance entre los argentinos y este arte culinario arrancó en los albores de la patria cuando los gauchos, con el objetivo de reunir todo el cuero posible para exportarlo al Viejo Continente, se alistaban en vaquerías, como se llamaba a las expediciones de caza de vacas y se sumergían en la búsqueda de esas errantes manadas que deambulaban sobre la inmensidad de aquel mar verde. 

Buscaban el ganado salvaje descendiente de los ejemplares dejados en libertad por los primeros expedicionarios europeos que habían logrado tocar el suelo rioplatense. Las extensas llanuras y las condiciones climáticas habían sido factores determinantes para que esta especie pudiera adaptarse y progresar, en términos reproductivos, de forma exitosa. 

En este marco, una vez que se capturaba al animal se le quitaba el cuero y el resto, aunque parezca mentira, se convertía en desperdicio. Sólo en caso de que los trabajadores tuvieran hambre se echaba mano de algún costillar que se asaba a fuego lento mientras se tomaba mate. 

Luego, diversas fueron las adaptaciones que fue sufriendo el arte de hacer un asado. Se fueron introduciendo estructuras metálicas en reemplazo de los rudimentarios entramados de varas y ramas que improvisaban los gauchos en la pampa abierta.

También se comenzaron a sumar de a poco otras partes de la vaca al asador. Siempre con el ánimo de probar cómo quedaba tal o cuál corte fueron llegando a las parrillas el vacío y el matambre. También los chinchulines, la tripa gorda, la entraña y los riñones del animal. Quien se sumerge en esta historia, seguramente no podrá evitar pensar en lo que habrá sentido aquel gaucho que se animó por primera vez a experimentar con las mollejas. 

En torno a los fogones, además de las historias y los cuentos que se transmitían de boca en boca en aquellos tiempos, también comenzaban a pulular como cenizas al viento las primeras discusiones sobre el porcentaje de leña y carbón y los puntos de cocción de la carne. 

Esta última es una de las más comentadas hasta nuestros días. La propia familia se convierte en un mundo cuando llega la hora de elegir entre “jugoso, a punto o cocido”. “El abuelo lo prefiere jugoso”, “a los chicos se le debe dar cocido”, “la tía lo quiere a punto, ni un poco más, ni un poco menos” son algunas de las frases que se escuchan.  

En La Fortaleza proponemos experimentar con los propios sentidos cuál es el mejor punto de cocción para la carne. Ubicada en Camino Centenario y 513, este flamante restaurante es dueño de un espacio acogedor y un ambiente agradable y cálido que hacen que compartir una cena entre amigos y la familia sea una experiencia inolvidable. 

Además de disfrutar de los mejores platos, La Fortaleza tiene una variedad óptima de vinos y una selección imperdible de postres de porciones abundantes para todos los gustos. Esta nueva propuesta gastronómica de la Región cuenta con un amplio espacio para estacionar vehículos y dispone de un sector de juegos para niños, todo pensado para la comodidad de sus clientes. 

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