Rastrean llamadas para detener la ola de amenazas de bomba en las escuelas

La ola de llamados amenazantes por supuestos artefactos explosivos en escuelas de la Región no afloja. Cada falsa alrma no sólo obligada a movilizar importantes recursos, sino que pone en riesgo a los chicos al hacerlos salir a la vía pública y genera un gasto a las arcas oficiales, por lo que cuesta cada operativo. Tanto es así, que en la últimas horas se lanzaron investigaciones para dar con los autores y hay quienes ponen en cuestión el protocolo de actuación tal como está elaborado.

El tema inquieta especialmente a las autoridades de Berisso y de Ensenada quienes anunciaron que por medio de las subsecretarías de Seguridad ya se hicieron denuncias que son investigadas.

Esta semana los llamados anónimos referidos a la posible existencia de artefactos explosivos en establecimientos educativos enloquecieron a las autoridades educativas, a los padres de los alumnos, a los funcionarios comunales y a las fuerzas de seguridad que intervinieron ante cada alerta.

Hugo Dagorret, responsable del área de Seguridad Municipal de Berisso, señaló que durante esta semana se produjeron unos 14 casos de alerta de bomba.

“Estamos buscando neutralizar estos episodios para que no se naturalicen y dar con los responsables, por eso junto a la Policía presentamos las denuncias ante la Fiscalía de turno para que se investigue de donde provienen esos llamados”, señaló el funcionario.

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Además se indicó que se trabaja junto a la DDI de la Departamental La Plata y con el Gabinete de Delitos Informáticos, “hemos avanzado en la investigación”, explicó Dagorret.

El funcionario detalló que los llamados anónimos se realizan por lo general al 911. Entonces ese servicio comunica el posible hecho al establecimiento consignado en la amenaza. “No se hacen directamente a las escuelas, por supuesto que hay un protocolo, que implica evacuar a todos los chicos y al personal”, agregó Dagorret.

En cada caso, la movilización ocasiona importantes trastornos para toda la comunidad escolar, pero además un costo por el despliegue del Escuadrón Anti bombas que en estos días tuvo que visitar Berisso en varias oportunidades.

Dagorret aseguró que se busca “darle un corte de raíz a estas amenazas” y que se cuentan con datos para la investigación. “Esperamos tener una respuesta pronto. La Fiscalía, en base a todos los datos suministrados, está en plena etapa de investigación, esto no es algo que se resuelva rápido, pero estimamos que pronto tendremos novedades positivas”, concluyó el responsable de Seguridad de Berisso.

En Ensenada ocurre algo similar y Martín Slobodián, a cargo del área de Seguridad de esa Comuna, aseguró que las amenazas de bomba son cosas de todos los días y de todas las semanas, aunque en algunas escuelas se da con mayor frecuencia.

“En época de exámenes hay más llamados, parece que le sacan el chip al teléfono celular, de esa manera solo se puede llamar al 911”, dijo el funcionario que, mientras dialogaba con EL DIA, recibió una nueva notificación de amenaza de bomba en la Escuela Técnica N 1 .

Según dijo, el miércoles pasado hubo una amenaza que solo anticipó: “Hay una bomba en la escuela 1”, entonces hubo que desalojar las escuelas técnica, media y primaria porque no se especificó cuál de todas las “1” se trataba.

“Hablo con las autoridades del ministerio de Seguridad y con la jefatura de Policía porque seguimos con protocolos como si se tratara de verdaderas amenazas cuando sabemos que siempre es cosa de chicos”, afirmó el funcionario.

Slobodián se mostró partidario de revisar la forma de actuar ante esos casos ya que esos “chistes” implican poner a los chicos en la calle con los riesgo que eso ocasiona. Además obliga a hacer un corte de tránsito, destinar patrulleros a ese lugar y movilizar a la gente de la división de Explosivos.

“Cada maestra debe hacerse cargo de cuidar a 30 alumnos que están en la calle y estar atenta a que ninguno cruce mal la calle o se quiera escapar, cosas que constituyen un riesgo real”, señaló el funcionario ensenadense.

Slobodián remarcó que solo el jueves hubo cuatro amenazas de bomba. “Hay que ver cuando hay una amenaza real, pero cuando es algo de todos los días no se puede aplicar un protocolo de esta manera”, agregó.

Es que después de cada llamado se activa un veloz operativo para confirmar o descartar la amenaza. Las maestras son las primeras en movilizar a sus alumnos hacia el exterior del establecimiento, a la par patrulleros de seguridad cortan el tránsito y esperan a los especialistas del área anti explosivos.

“Estamos justos con los patrulleros y por ahí se desatienden otras cuestiones de seguridad por algo que sabemos que no es un riesgo real”, apuntó el funcionario que durante estos días habló con docentes, inspectoras y alumnos para que se tome conciencia del tema. “Cuando los pibes llamen tres veces y nadie les de bolilla lo van a dejar de hacer”, concluyó Slobodian.