Al final fue un fiasco

Racing y River comenzaron la serie por octavos de final de la Copa Libertadores con un partido que terminó siendo muy aburrido. Con un jugador menos (expulsado Ponzio), los Millonarios hicieron el aguante

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Ni bien se anunció el cruce en el sorteo realizado por la Conmebol en Paraguay, hubo coincidencia en imaginar un gran partido. Por las características en el juego de Racing y de River, obvio. Y no defraudaron anoche en Avellaneda, al menos de entrada, porque desde que la pelota se puso en movimiento, fue palo y palo, de ida y vuelta.

Gonzalo Martínez le pegó desde afuera del área y Gabriel Arias respondió tapando abajo, junto al palo de su mano derecha, cuando se jugaba el segundo minuto, y a la vuelta Renzo Saravia llegó al fondo por la derecha para confirmar que los dos aceptaban un partido largo, de un arco al otro.

Después de aquel pelotazo del Pity, también llegaron con posibilidades ciertas Ignacio Scocco y Javier Pinola, para River; mientras que la Academia también asustó con una corrida de Ricardo Centurión y una entrada de Gustavo Bou, que hizo explotar la pelota en los guantes de Franco Armani.

Partido intenso, lleno de matices, con el gol mostrándose como una alternativa posible, y para que el juego tuviera dinámica tuvo que ver la postura del brasileño Anderson Daronco, árbitro con características físicas similares a la de Néstor Pitana, que interpretó el trámite sin exageraciones.

La primera media hora resultó verdaderamente entretenida, y si bien el tramo final los mostró un cambio por debajo en lo que tiene que ver con la velocidad en el traslado de la pelota, cada salida representó un peligro de gol.

Antes de completarse el primer tiempo, River se quedó con uno menos por la expulsión de Leonardo Ponzio, por doble amonestación, y la hacerse efectiva el tiro libre correspondiente, en jugada preparada, por derecha, Bou habilitó a Lisandro López, que le pegó a las manos del arquero.

La roja a Ponzio modificó el cuadro de situación en el primer capítulo de una serie que se completará el miércoles 29 en el Monumental y cuyo ganador se cruzará en cuartos de final con el ganador de Independiente-Santos de Brasil.

Pero más allá del resultado, ambos equipos dejaron ver qué tienen argumentos como para ir hasta las últimas consecuencias en una Copa Libertadores plagada de candidatos. El de Marcelo Gallardo con la base del primer semestre, apostando a la continuidad; el de Eduardo Coudet adaptándose a un amplio recambio, por salidas que el club no pudo evitar, como las de Lautaro Martínez y Diego González, y contrataciones que en algunos casos están desembarcando, más el regreso de Gustavo Bou, cuya garantía está registrada.

Los dos técnicos movieron el banco de los suplentes para el segundo tiempo: el Muñeco hizo ingresar a Bruno Zuculini para rearmar la línea de medios, Chacho apostó por Augusto Solari con el propósito de marcar la ventaja de un jugador. Pero el trámite continuó igual, y cuando ninguno lograba presencia en el área de enfrente, fue el momento de Enzo Pérez y del recién llegado Guillermo “Pol” Fernández.

La Academia debió hacerse cargo, pero aunque tuviera un jugador más, esa presión le terminó jugando en contra, y en un partido que perdió altura, River terminó agrupándose en el borde del área, a la espera de un ataque sin variantes ni argumentos, saliendo con pelotazos largos para Lucas Pratto.

Racing no pasó de un par de pelotas cruzadas, que Armani bajó tranquilo, más un embate final con cabezazo de Jonathan Cristaldo, que tapó el arquero, y un derechazo de “Pol” Fernández que salió cerca, y las ilusiones de River se derrumbaron lejos de arco... El empate sin goles terminó siendo lógico, y dejó la serie abierta, de par en par, en dirección a lo que será la revancha en el Monumental, donde si o si deberá surgir un ganador.

 

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