Presiones que matan

Esta nota fue publicada en el diario español Marca, por la periodista Patricia Ramírez y, desde la dirigencia de la Asociación Platense de Básquetbol, queríamos compartirla ya que representa los valores que creemos fundamentales para el desarrollo de los deportistas.

El 31 de julio leíamos la triste noticia de que la esquiadora de snowboard Ellie Soutter se suicidaba con 18 años. Su padre declaraba que su muerte pudiera deberse a las presiones sufridas propias del deporte de alta competición.
El alto rendimiento es una de las profesiones más exigentes. No puedes dejar nada al azar porque tu corta carrera profesional depende de una medalla o de un pódium. Te educas con la idea equivocada de que no puedes fallar, de que es ahora o nunca. Y este fue el final literal de Ellie Sourtter, nunca. Porque cuando decides quitarte la vida no es más que el resultado de unos pensamientos que te están diciendo que has fallado, que no eres nada, que los demás esperaban mucho de ti y que no has estado a la altura; y de no tener recursos psicológicos para gestionar el fracaso y la presión.

Los factores de presión pueden venir de:


- Padres que ven en su hijo a un futuro campeón, alguien que puede llegar a ser reconocido, premiado, titular en la prensa, del que se sienten orgullosos cuando consigue éxitos deportivos, del que enseñan el vídeo de la competición a familiares, amigos y compañeros de trabajo, y al que miran mal, critican o corrigen cuando falla. ¿Qué lectura saca un joven deportista en esta situación? "Me siento querido y respetado en mi familia cuando marco goles, cuando bato mi marca o cuando gano. Si no, solo obtengo malas caras y críticas." No hay nada más desconsolador que sentir que fallas a tus máximas figuras de seguridad.

- Entrenadores y clubes deportivos que ven cómo puede mejorar su currículo a través de los éxitos de sus jugadores. El éxito del chico es el éxito del entrenador y se revalorizan gracias a sus resultados. De por sí, un entrenador ya es alguien maravilloso, que educa, que forma, pero son los resultados los que permiten que otros se fijen en ellos.

- Las redes sociales. Se han convertido en una plaza en la que todo el mundo pasea sin control, sin límites. Las personas critican igual que alaban. Pero lo hacen sin medir las consecuencias. ¿Esto le hará daño, tendrá alguna consecuencia? Lo que le importa a la gente en las redes es solo expresar sin filtro todo lo que les pasa por la mente. Y los deportista leen, lo leen todo, y sufren, sufren muchísimo.

Patrocinadores. Los jóvenes deportistas y profesionales dependen de los patrocinadores para poder sobrevivir. Salvo deportes contados con los dedos de la mano, golf, tenis, pilotos, fútbol, etc., todos los demás dependen de becas, es decir, de resultados, o de patrocinadores. Muchas veces, más que centrarse en su técnica, en su carrera, en el presente, están evitando no fallar por miedo a perder la única ayuda que tienen.

- Otros, como amigos, familia, etc., que desean sentirse orgullosos de las personas que quieren.  
Ojo con la expectativas y cómo las trasladamos. Dejemos que disfruten, aunque apunten maneras. Es mejor un talento que no llegue a serlo que perderlo como persona para siempre.
 

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