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EDUCACIÓN

Daniel E. Chavez expresa: “Cierta vez, en los años 80, hallándome en Córdoba, oí decir a un médico legista (también denominado médico forense) que cuanto más crueldad se haya aplicado en un crimen, se necesitarán jueces y leyes igualmente crueles para aplicar el castigo’. Y daba como ejemplo, el conocido ‘ojo por ojo, diente por diente’ y la pena de muerte. Como en nuestro país, por diversos motivos estos métodos no se aplicarán, entonces, ¿cuál sería el camino a transitar para, por lo menos, no perder la dignidad que merecemos, tanto para vivir como para morir? Seguramente, la mayoría de la gente dirá: la educación. Propuesta que yo también acepto. Pero con una condición: aplicando el mayor rigor educativo que el pueblo necesita no solamente en la educación, sino, también en la Justicia. El rigor educativo comienza educando al educador, llámese éste maestro, profesor, juez, periodista, sacerdote, mamá o papá, etc. Y requiere esencialmente esfuerzo, compromiso, solidaridad y arrojo de parte de los educadores y apertura del pueblo al conocimiento. El presente que vivimos, con una disputa por si se debe o no abortar libre y legalmente, es una señal enorme del retroceso que hicimos como seres civilizados. La incivilización de la que hacemos ostentación los argentinos desde hace varias décadas, agudizada en los años de ‘la década ganada’, hoy nos pasa facturas tan altas, que ya no nos sorprende ni nos asusta nada, en lo que a delitos se refiere. Y seguir quejándonos, ¿para qué? Lo que necesitamos es acción urgente: trabajo, toma de decisiones, objetivos, metas y dedicación en favor de una vida mejor, por el bien de todos, pero de los más pequeños especialmente”.

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