La negociación Mercosur-Europa

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El Mercosur y la Unión Europea reanudaron en Montevideo una nueva ronda de reuniones a nivel técnico, sin grandes expectativas de alcanzar un acuerdo ante las diferencias que aún persisten entre las partes.

Las negociaciones se desarrollan en contextos muy distintos a los precedentes: Brasil está en puertas de la elección presidencial más incierta de los últimos tiempos y Argentina atraviesa fuertes turbulencias económicas.

Pese a las ansias manifiestas del Mercosur por concluir el pacto comercial, fuentes del gobierno de Uruguay -que ejerce la presidencia pro tempore del bloque- señalaron que acuden a la negociación en busca de una respuesta a la propuesta entregada en la última serie de encuentros sostenidos en julio en Bruselas.

En aquella ocasión, los negociadores europeos habían mostrado una actitud inflexible ante una oferta que el Mercosur llevó “al límite”, según la negociadora uruguaya, Valeria Csukasi.

En el mismo sentido el canciller brasileño Aloysio Nunes, había manifestado el mes pasado que el Mercosur pretende “un poco más” de parte del bloque europeo, en especial en el acceso de carnes y azúcar.

Líneas móviles

Pero la semana pasada, el comisario de Agricultura de la UE, Phil Hogan, devolvió la pelota al otro lado al decir que la UE “ha hecho una oferta clara y explícita” en enero, y que “los países del Mercosur han demorado su respuesta” a esa “significativa” propuesta. Fue contundente: “Si se pretende concluir la negociación, Mercosur debe cumplir con los acuerdos relativos a automóviles y componentes, servicios marítimos, lácteos e indicaciones geográficas”.

Del lado del Mercosur dicen que los representantes de la UE corren la línea de llegada tras cada esfuerzo de parte de los sudamericanos, según una fuente del gobierno uruguayo que pidió mantener el anonimato. “Las condiciones de la Unión Europea cambian constantemente”, deploró el funcionario. Eso, pese a que, como señalaron desde distintos sectores del Mercosur, el bloque ya ha cedido en muchas de sus ambiciones.

Welber Barral, secretario de Comercio en la gestión de Lula da Silva cuando se reabrieron las negociaciones en 2010 y actual asesor del gobierno brasileño, coincidió en el que el bloque no tiene mucho más margen para concesiones. “Lo mismo puede decirse sobre vinos o lácteos, que se esperaba excluir y finalmente acabaron siendo parte de la negociación. Aunque ceda en términos comerciales, la gran ventaja del Mercosur será institucional”, ponderó, aludiendo a los elevados estándares de normas técnicas y a posibles inversiones de la UE.

Empresarios y, por lo bajo, negociadores del Mercosur son escépticos de que haya anuncios al cabo de esta semana. Solo unos pocos se esperanzan con que puedan estamparse las firmas al acuerdo en este 2018. (AFP)

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