Sube a 40 la cantidad de muertos por el alud en Brasil y hay 300 desaparecidos

Los rescatistas afirman que prevén hallar más cadáveres. Localizan un ómnibus enterrado por el barro con gente en el interior, pero no pueden abrirlo. Bolsonaro sobrevoló la zona del desastre. Testimonios desgarradores

Edición Impresa

BRUMADINHO, Brasil

La cifra de víctimas mortales del alud de barro tras la ruptura de una represa en el sureste de Brasil se elevó a 40, dijeron las autoridades, aunque los rescatistas prevén hallar más cadáveres ya la cifra de desaparecidos ronda las 300 personas.

Los empleados de la minera Vale estaban almorzando el viernes cuando se desplomó la presa, desatando un torrente de lodo marrón rojizo que derribó y enterró varias construcciones de la empresa y en las zonas aledañas.

Luego de un día entero de que ocurrió el desastre, encontrar muchos más sobrevivientes parecía cada vez más improbable. “Lo más seguro es que a partir de ahora vamos a estar recuperando cuerpos”, dijo Romeu Zema, gobernador del estado de Minas Gerais. Añadió que los responsables “serán castigados”.

El diario Folha de S.Paulo informó que el complejo minero de la represa recibió una licencia expedita para expandirse en diciembre debido a una “disminución del riesgo” y los grupos de preservación de la zona afirman que la aprobación fue ilegal.

El teniente Pedro Aihara, portavoz de los bomberos del Estado, dijo que habían encontrado un autobús con pasajeros en el interior. Sin embargo, el acceso al autobús, enterrado bajo varios metros de barro, estaba resultando difícil. “Necesitamos una máquina especial para acceder a la estructura y recuperar a las víctimas”, dijo Aihara.

Sin embargo, había algunas señales de esperanza. Las autoridades anunciaron que habían encontrado a 43 personas más con vida, aunque el número de desaparecidos seguía siendo de 300.

Los bomberos distribuyeron a los medios de comunicación listas de personas que habían sido rescatadas o contabilizadas, pero todavía había decenas de familias en la ciudad esperando desesperadamente noticias de sus seres queridos.

Para muchos, la esperanza se desvanecía en angustia. “No creo que esté vivo”, dijo Joao Bosco, hablando de su primo, Jorge Luis Ferreira, que trabajaba para la empresa minera brasileña Vale. “Sólo espero un milagro de Dios”, agregó.

La situación de los trabajadores y de otras personas en la ciudad de Brumadinho se desconocía el sábado por la mañana, pero el presidente Jair Bolsonaro y otros funcionarios ya han descrito la devastación como una tragedia. Bolsonaro hizo un sobrevuelo del área.

Hasta ayer se habían recuperado nueve cadáveres, informó la oficina del gobernador del estado de Minas Gerais en un comunicado, pero se teme que haya muchos más a medida que los equipos de rescate y recuperación excavan entre el lodo.

“Es angustioso, enloquecedor”, dijo Vanilza Sueli Oliveira, que estaba esperando noticias de su sobrino. “Ya han pasado 24 horas. El tiempo pasa. No quiero pensar que él está bajo el lodo”.

Según el sitio web de Vale, los residuos, a menudo llamados relaves, están compuestos principalmente de arena y no son tóxicos. Sin embargo, un informe de la ONU encontró que los desperdicios de un desastre similar en 2015 contenían altos niveles de metales pesados tóxicos.

El canal local de televisión TV Record mostró un helicóptero de bomberos volando a centímetros del suelo mientras sacaban a una mujer cubierta de lodo. (AP, EFE y AFP)

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE