Trudeau y el dilema de gobernar sin mayoría

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Montreal

AFP

Un oleoducto controvertido, la división este-oeste, el resurgir de los separatistas de Quebec: sin una mayoría absoluta, el nuevo gobierno de Justin Trudeau en Canadá tendrá que superar varios obstáculos para mantenerse en el poder.

La nacionalización del oleoducto Trans Mountain, que el gobierno adquirió por unos 3.460 millones de dólares estadounidenses, ha alejado a parte del ala izquierda de Trudeau, por considerarlo una contradicción a las ambiciones proambientales.

El primer ministro fue reelegido, pero ha salido debilitado con un gobierno minoritario que le demandará alianzas. El lunes por la noche, los pocos liberales elegidos en Alberta y Saskatchewan fueron arrasados en estas dos provincias predominantemente conservadoras, donde Trudeau es impopular y sus dos primeros ministros son abiertamente hostiles con él.

El Bloque Quebequés, un partido separatista dirigido por Yves-François Blanchet, ha dado una de las sorpresas en las elecciones legislativas al obtener más del triple de representantes electos. Con 32 escaños, se convirtió en el tercero en la Cámara de los Comunes.

El principal obstáculo entre Trudeau y el Bloque es la controvertida ley sobre la laicidad recientemente adoptada por el gobierno de Quebec, que prohíbe el uso de símbolos religiosos por parte de ciertos funcionarios públicos. Trudeau, defensor del multiculturalismo, sugirió que podría desafiar esta ley en los tribunales, lo que sería causa de disgusto para sus promotores.

 

 

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