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Viajar en micro de noche, un calvario de largas esperas y temor en algunas paradas

A partir de las 22 se produce una abrupta reducción de los servicios. Por la madrugada las demoras pueden llegar a una hora y aguardar en las garitas, con escasa iluminación, se convierte en un riesgo

Viajar en micro de noche, un calvario de largas esperas y temor en algunas paradas
27 de Octubre de 2019 | 05:29
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Viajar en micro en La Plata durante el horario pico de la mañana no es, justamente, la situación ideal para los usuarios del autotransporte urbano: recargadas de pasajeros, las unidades suelen seguir de largo en las paradas. Ahora, hacerlo de noche y, peor aún, de madrugada, ya es lanzarse a una aventura fastidiosa y hasta peligrosa porque son horas y horas en las que se espera, en medio del silencio y la oscuridad, algo que no llega.

La falta de frecuencias nocturnas involucra a todas las líneas de micros que cumplen servicios en esta ciudad. Esto es, las cuatro municipales (Norte, Este, Oeste y Sur) y las provinciales. Por lo general, desde las empresas se afirma que la cobertura de los horarios nocturnos “históricamente siempre fue la misma” y en sentido remarcan que “siempre hay un mínimo de frecuencias garantizado”. Sin embargo, esa no es la opinión de los pasajeros habituales de colectivos, que coinciden en que durante largas horas “no pasa casi ningún micro”.

diferentes perfiles

Una gran cantidad de vecinos utiliza el sistema de colectivos noche tras noche. La mayoría es por trabajo en el casco céntrico y los viajes son hasta barrios bien alejados en la periferia platense. A partir de las 21.30 y hasta las 5, se produce una abrupta reducción de los servicios. Más cerca de esos extremos en el horario nocturno las unidades -no así los ramales, que salen de las terminales de manera muy espaciada- circulan más seguido, cada 40 ó 45 minutos; pero en la franja entre las 23 y las 3 a cada micro de una misma empresa lo separan una o dos horas. Sobran los ejemplos porque, como se dijo, la modalidad de prestación se repite en prácticamente todas las líneas, en las de la órbita provincial, como la 275 que une La Plata y Punta Lara, y en las controladas por el Municipio, por caso, la Norte, que conecta el Centro con Ringuelet o Tolosa.

En el caso de los estudiantes que cursan en los turnos vespertinos o nocturnos y viven a determinada distancia de los centros educativos, como después de las 21 la circulación de algunos ramales comienza a escasear, tratan de acordar con sus docentes para salir de clase un poco más temprano y así poder tomar el último micro que pasa con frecuencia más o menos continuada.

A los micros suben, en las horas oscuras, enfermeros y cuidadores domiciliarios; empleados de comercios que cierran tarde, como los del sector de la gastronomía; estudiantes de escuelas nocturnas pero también universitarios que asisten a cursadas que finalizan a las diez de la noche; médicos de hospitales públicos y clínicas privadas. Toda una variedad de usuarios con diferentes actividades que padece las pocas frecuencias de micros dispuestas para el horario en que el resto de la Ciudad “duerme”.

Salvados por la tecnología, algunos usuarios nocturnos, gracias a la información que reciben de las aplicaciones, consiguen acomodar un poco su rutina y por lo menos la espera no se hace tan larga en la parada. Aldana vive en City Bell y trabaja hasta las 22 en el centro platense. En plaza San Martín debe tomar la letra “D” del 273. “A partir de esa hora pasa cada dos horas; con la aplicación me manejo mejor, porque entonces me preparado para salir cerca del horario en que pasa el micro, pero si llego a perder uno después tengo que esperar por lo menos una hora y media”, precisó la joven.

Respecto a los horarios que resultan más críticos para viajar en micro, recientemente, en un informe difundido por este diario, especialistas del Observatorio de Movilidad del Gran La Plata (IIPAC CONICET/UNLP) aseguraban: “Viajar en transporte público es crítico en general hoy en día, sin embargo los días hábiles y las horas pico son las más criticas en un sentido. En otra perspectiva las bajas frecuencias, que suponen una cierta “ausencia temporal del servicio” es también critica, por lo que los fines de semana y horarios nocturnos se vuelven a su modo, críticos. El problema de las bajas frecuencias se vuelve mucho más problemático en contextos territoriales periféricos de insuficiente equipamiento, o los días feriados y fines de semana, donde no solamente preocupa lo espaciado e incierto de los servicios, sino además las diversas y precarias situaciones de espera, lo inseguras y desprotegidas que pueden llegar a ser y el tiempo que los usuarios deben permanecer en ellas hasta lograr acceder a un servicio”.

Control por GPS

El Municipio cuenta con un equipo especializado que gestiona desde la recepción de las denuncias por diferentes medios hasta el control “in situ” de las denuncias de los vecinos. A su vez, en los últimos meses se incorporó la monitorización por GPS de todos los colectivos del partido, por lo que al día de la fecha la Comuna cuenta con acceso en vivo de la ubicación de todos los vehículos habilitados en el distrito platense.

Abasto, Etcheverry, Olmos y Arana, entre los que más sufren por las frecuencias

Hace tiempo que especialistas y usuarios del servicio urbano de transporte coinciden con el diagnóstico: uno de los problemas más críticos que debe resolver es el de las bajas frecuencias, sobre todo en algunos barrios de la periferia platense.
A diario, y en particular en las localidades más alejadas, los platenses que viajan en micro deben lidiar no solo con las frecuencias espaciadas (diez, veinte, treinta, cuarenta minutos y hasta se redondea la hora en los casos más complicados) sino también con la incertidumbre de poder efectivamente subir a un colectivo cuando llega. Y esto último porque una queja habitual en las paradas es que, a veces, el micro pasa pero no se detiene.

Un relevamiento de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que este diario dio a conocer meses atrás, daba cuenta de los reclamos más recurrentes de los usuarios de micros, a saber: no respetar las paradas, falta de frecuencia, conducir de forma imprudente, trato desconsiderado del conductor, deficiencias mecánicas del vehículo, desvío del recorrido, retrasos en el servicio o exceso de velocidad.

La falta de frecuencias, que se agudiza particularmente de madrugada, cuando entre las 23 y las 5 opera una fuerte reducción de servicios (ver nota principal), es un déficit que se da tanto en las líneas municipales como las provinciales. Y repercute especialmente en algunas de las localidades más alejadas: “Barrios periféricos como Melchor Romero, Abasto, El Peligro, El Pato, Etcheverri, algunos sectores de Olmos y Arana tienen una cobertura muy pobre desde el punto de vista de las frecuencias. En ningún momento del día las frecuencias son menores a las 35 minutos”, se señaló en un informe de un observatorio vial de la Universidad platense.

Al respecto, este diario ya citó un informe del Observatorio de Movilidad del Gran La Plata (Iipac/Conicet/UNLP) en el que se explicaba que la frecuencia de los servicios no es homogénea en todo el territorio de La Plata, Berisso y Ensenada y que es más baja los feriados y fines de semana y variable en días hábiles, adaptándose a las horas de mayor demanda, que son las franjas horarias de 6:00 a 8:00 am, de 11:30 a 13:30 hs y de 16:30 a 18:30 hs.

Entre otros múltiples factores, los especialistas aludían allí a la forma de crecimiento de la Ciudad, “extensa, fragmentaria y de baja densidad habitacional”, que “dificulta sostener las frecuencias cuando se deben incrementar los kilómetros recorridos”. Al mismo tiempo, consignaban, las nuevas áreas habilitadas con viviendas no siempre cuentan con infraestructura ni equipamientos necesarios para que acceda el transporte o para que puedan ser abastecidos con la capacidad del sistema actual.

A nivel municipal el sistema actual está regulado bajo un contrato vigente hasta 2022. Entre otros aspectos, contempla la cantidad de unidades que las empresas deben poner al servicio de los pasajeros, así como cumplir con la frecuencia pautada y “son verificadas por inspectores de Transporte del Municipio a través de permanentes procedimientos de control”. También en la órbita provincial funciona un esquema aprobado y consensuado con las empresas y afirman que hay operativos aleatorios de control y fiscalización.

Pedido en el Concejo Deliberante por más controles y una app para todas las líneas

Se presentó días atrás un pedido de informe para que el Ejecutivo municipal detalle su accionar con relación al control y supervisión del Servicio Urbano de Transporte (SUT). Además, se propuso la implementación de una aplicación móvil que abarque a todas las líneas de micros y brinde información en tiempo real sobre el funcionamiento del servicio.

El pedido es impulsado por el concejal por el Partido GEN, Gastón Crespo, quien señaló que “es fundamental aprovechar los beneficios de la tecnología para facilitar la vida de los vecinos y controlar la prestación de diferentes servicios públicos”.

Explicaron que al margen de que ya existe una app perteneciente solo a una de las empresas concesionarias, la iniciativa del concejal involucraría a todas las líneas de micros del distrito, se indicó. El objetivo de la misma es que los usuarios cuenten con datos precisos al momento de usar el transporte público para planificar mejor sus horarios y estar más seguros sobre todo en horarios nocturnos. “Nuestra propuesta va mucho más allá de brindar simplemente información, porque de poco sirve si esa información no incluye a la totalidad del sistema de transporte ni es utilizada para optimizar el funcionamiento del servicio, controlando que los choferes se detengan en todas las paradas y que las empresas cumplan con todos los recorridos, horarios y cantidad de unidades pautados”, afirmó el concejal. Según se indicó, recientemente el concejal y su equipo realizaron un relevamiento cuyos resultados fueron contundentes y dan cuenta de que, pese a los aumentos, el servicio es cada vez peor. Del total de consultados -480 casos en 5 días-, “el 99,5% calificó el servicio como malo. Entre ellos, el 20% se refirió al tiempo de espera: la mayoría de los afectados dijo haber esperado el micro 40 minutos o más, mientras que otra porción señaló que los micros siguen de largo sin frenar en las paradas”.

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