Las políticas que deberían seguirse en la Provincia
Edición Impresa | 31 de Diciembre de 2019 | 02:26

Fernando Aftalión
Arquitecto y productor agropecuario
Florentino Ameghino fue un científico autodidacta, naturalista, climatólogo, paleontólogo, zoólogo, geólogo y antropólogo de la Generación del 80. En su libro publicado en el año 1884, “Las Secas y las Inundaciones en la Provincia de Buenos Aire Obras de retención y no de desagüe”, expuso su punto de vista sobre el problema hidráulico en la Provincia, que no sólo iba contra lo actuado oficialmente en ésa época, sino que marcó rumbos acerca de las políticas que debieran seguirse y que, a tenor de la opinión de los mejores especialistas, es la que debiera ponerse hoy en vigencia.
A manera de las “entrevistas imaginarias”, me pareció oportuno formularle interrogantes y que el sabio los respondiera con párrafos de su obra. Es notable comprobar que, pese a que pasaron más de cien años, su visión mantiene plena vigencia y define la situación hidráulica actual.
-Ameghino, ¿cuál es la tesis de su libro?
-Las secas y las inundaciones constituyen un mismo problema. La cuestión de las inundaciones esta íntimamente ligada con la de las secas, que de tiempo en tiempo hacen sentir sus desastrosos efectos sobre distintas regiones de la Provincia. Aún más, adquirir la convicción de que todo esfuerzo y todo trabajo que tendiera a evitar uno de esos males sin tomar en cuenta el otro, ocasionaría, probablemente mas perjuicio que beneficio.
-Todos parecieran proponer que se excaven canales de desagüe destinados a preservar de las inundaciones vastas zonas de la Provincia.
-El objetivo de todos esos proyectos parece ser buscar los medios de llevar al océano lo más rápidamente posible las aguas pluviales, con lo que se cree evitar en lo sucesivo el desborde de los ríos y la inundación consiguiente.
-Usted parece no compartir esa idea de canalizar.
-He permanecido reflexionando sobre las ventajas y desventajas que reportarían los canales de desagüe y me he confirmado más en mi opinión de que si ellos no son el complemento de obras mas eficaces y de mayor consideración, reportarán más perjuicios que beneficios.
-¿Donde ve usted el mayor problema desde el punto de vista hidráulico?
-Por medio de los canales de desagüe las aguas se precipitarían a los cauces de los ríos o de los puntos bajos con mayor fuerza y prontitud. Las aguas no ocasionarían pérdidas de consideración en las planicies elevadas y de poco declive, pero ¿qué estragos no producirían los desbordes de los ríos y de los canales en los puntos bajos?, siendo los canales de desagües simples e ilimitados.
-¿Cual sería según su opinión el por qué de las grandes secas?
-Los períodos de grandes secas son el resultado de la irregularidad de las lluvias y de que el agua que cae en los períodos de grandes lluvias se evapora con demasiada prontitud sin penetrar en el subsuelo en la cantidad que sería de desear. El agua que anega los terrenos, por los canales de desagüe iría al mar, en vez de evaporarse e infiltrarse en el suelo, de modo que siendo más escasos los vapores acuosos suspendidos en la atmósfera, serían algo más escasas las lluvias. Áreas extensas de terrenos, que ahora sólo de tiempo en tiempo sufren los efectos desastrosos de las secas, se convertirían probablemente en campos estériles”.
-A más de la desertificación, ¿existiría algún otro efecto negativo con la aceleración de las aguas debido a las canalizaciones?
-Se produciría una denudación y esterilización del suelo por efecto del desagüe, que escaso de vegetación, ofrecería entonces poca resistencia, de manera que la capa de tierra vegetal de la que depende la fertilidad del suelo, iría a parar poco a poco a los canales de desagüe y de allí al océano.
En 2017, las pérdidas ocasionadas por inundaciones en la Provincia de Buenos Aires fueron de U$S 1.200 millones. En 2019, en contraposición, las pérdidas por sequía se están calculando en una cifra similar, o sea que la pérdida en tres años sería de U$S 2.400 millones. Ello convalida todo lo dicho a nivel técnico y científico en mi libro, como que tan o más perjudiciales son las sequías que las inundaciones.
El tema es de una gravedad tal por su trascendencia económica para el productor, la Provincia y el país, que amerita la declaración de una Emergencia Hidráulica en la Provincia de Buenos Aires, que haga borrón y cuenta nueva con el modus operandi técnico e inspectivo de los organismos públicos (in) competentes, considerando además que no se están respetando las letras del Código Civil, del Código de Aguas y de la reciente Ley Provincial que incrementa las penalidades contra los transgresores que construyan canalizaciones clandestinas.
Han existido casos graves de mala praxis. Primero, las obras de las Encadenadas, con la desaparición de Epecuén. Segundo, la canalización del Salado, carente de lagunas reguladoras intermedias. Por último, la Laguna de la Picasa, que de cuatro mil hectáreas pasó a tener cuarenta mil hectáreas por la construcción irrestricta de canalizaciones clandestinas.
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